Una mujer fue condenada por obsesionarse con un chico con el que salía su hija y llamarlo más de 2.000 veces en un año. La procesada, que tenía 61 años, conoció al denunciante a finales de febrero de 2012, cuando se lo presentó su hija porque había salido en varias ocasiones con él. La mujer, según consta en la sentencia, sintió "atracción" y comenzó a proponerle insistentemente tener una cita a solas. La víctima le respondía que no tenía "ningún interés" en ella, pero aún así, persistió llamándolo una y otra vez "con la intención de doblegar su voluntad como fuese y que accediese a sus deseos".

El juez relata en el fallo que también le envió mensajes de texto en los que le reprochaba que no contestase a sus llamadas y le advertía "que le urgía" que contactase con ella. En total, entre el 13 de agosto de 2012 y el 1 de julio de 2013 realizó 2.293 llamadas desde su número, de las cuales solo 22 fueron contestadas, y 57 desde otro del que también era titular.

El afectado, según señala el magistrado, le dio desde el principio "sobradas muestras de que no quería mantener relación alguna con ella, ni siquiera por vía telefónica". Con el transcurso de los días en los que la ignoraba, las llamadas, según el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña, obedecían "al propósito de vengarse de lo que ella consideraba una afrenta y privarlo de tranquilidad y sosiego".

La imputada fue condenada como autora de un delito de coacciones a un año y diez meses de cárcel. El juez tuvo en cuenta a la hora de dictar la pena la agravante de reincidencia. Además, le impuso la prohibición de acercarse a una distancia inferior a 500 metros, comunicarse por cualquier medio, acudir a su domicilio o lugar de trabajo durante un periodo de tres años. Además, la procesada deberá indemnizar al denunciante con 4.000 euros por los perjuicios que le causó.

La mujer alegó durante el juicio que llamó a la víctima por la supuesta sustracción de un reloj, algo "absurdo", según concluye el juez, quien subraya que "no justifica en modo alguno tal ingente cantidad de mensajes, en los que no hace referencia alguna al reloj, ni mucho menos los miles de llamadas".

El titular de Penal 2 recalca que la imputada eludió ofrecer explicaciones sobre "el desproporcionado y casi increíble" número de llamadas que realizó, que fue corroborado por la compañía telefónica. "La única interpretación inteligente que puede hacerse de los mensajes y llamadas es que perseguía a la víctima para doblegar su voluntad y obligarle a tener algún tipo de relación con ella, relación que él no quería". El Ministerio fiscal reclamó al final del juicio que la sospechosa fuese sentenciada a un año y medio de prisión y a la prohibición de acercarse al denunciante durante tres años. .