Cuatro policías nacionales serán juzgados el martes y miércoles de la próxima semana en la Audiencia Provincial por, presuntamente, torturar a un detenido que agredió a dos de ellos. La Fiscalía, que reclama para cada uno de los agentes cinco años y medio de cárcel y diez años de inhabilitación, sostiene que acometieron "de forma injustificada y reiterada" a la víctima con sus defensas reglamentarias. El afectado, que estaba ebrio, fue golpeado, siempre según el relato del fiscal, cuando estaba "completamente solo" en la comisaría del 091 situada en Lonzas. La acusación informa en su escrito de que no se pudo determinar si las agresiones se produjeron "en una celda o en otro lugar" de las dependencias policiales debido a la negativa a practicar las pruebas necesarias en fase de instrucción "respecto a este asunto".

Los hechos, según el escrito de calificación, sucedieron sobre las 03.15 horas del 22 de abril de 2012 a raíz de una llamada de los vecinos del inmueble de la víctima, quienes requirieron la presencia de la Policía Nacional porque estaba golpeando todo el mobiliario del rellano. El hombre, que se enfrenta a una petición de 14 meses de prisión por golpear a los agentes, se encontraba "en una situación de ebriedad absoluta", según describe el Ministerio público, que especifica que "era tal su estado de intoxicación que confundía la puerta del ascensor con la de su propia casa". El detenido se había olvidado las llaves de su inmueble, situado en uno de los edificios más altos de la ciudad, por lo que profería gritos para que le abriesen las dos mujeres mayores que vivían con él.

Los cuatro funcionarios investigados se desplazaron a la zona. Se dividieron en dos grupos hasta la planta 23, donde se encontraron al hombre tirado en el suelo boca arriba. Uno de los policías, siempre según señala la Fiscalía, le propinó una palmada en la cara, ante lo que el vecino del edificio reaccionó "lanzándose a por él", si bien se interpuso su compañero. El hombre ebrio, no obstante, agarró al segundo funcionario por el cuello y le retorció una mano, por lo que ambos cayeron al suelo. El policía sufrió lesiones y para su curación necesitó que le inmovilizasen la mano y muñeca izquierda durante 7 días.

En ese instante, los agentes conminaron al portero del inmueble a apartarse mientras se llevaron a la víctima a una zona "en forma de L". A uno de los funcionarios, según un testigo, se le escuchó decir: "Te pones chulito". El fiscal sostiene que "en al menos una ocasión le dieron un porrazo absolutamente gratuito". Los policías presentaron al afectado en Lonzas a las 03.54 horas y el instructor o el secretario les ordenó que lo trasladasen al hospital porque presentaba heridas en los nudillos. El médico que lo atendió no reflejó ninguna lesión en las manos y sí "una larga contusión en la frente". La acusación señala que el facultativo no ordenó hacer placas y que en el parte de alta, firmado a las 06.10 horas, consta que el paciente dijo: "Quiero que hablen los agentes".

Hasta pasadas las 15.00 horas no se dio aviso "de manera injustificada" a ningún familiar o abogado, según consta en el escrito de calificación. Al día siguiente, el hombre fue reconocido por un médico forense, quien apreció numerosas contusiones y hematomas en diversas partes del cuerpo. Para curar necesitó cinco días impeditivos que le causaron "un especial sufrimiento, tanto físico como psíquico, por las circunstancias en las que sucedieron los hechos".

El Ministerio público, además de las penas de cárcel e inhabilitación, demanda a la Audiencia que imponga a los funcionarios el pago de una indemnización a la víctima de 15.000 euros por el daño moral que le causaron.