El muro de piedra que recubre la muralla de O Parrote es utilizado como pista para hacer malabarismos con bicicletas, sobre todo durante las tardes de los fines de semana. Los jóvenes se reúnen en la zona con sus bicicletas y sortean los obstáculos que hay alrededor del muro, sobre el que circulan ante las miradas de los transeúntes.