Los cuatro policías nacionales acusados de torturar a un detenido en la Torre Costa Rica negaron ayer durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial haber utilizado sus porras para golpearlo. De hecho, insistieron en que ni siquiera las llegaron a sacar de la funda y uno de ellos declaró que no la llevaba encima. Los agentes achacaron las lesiones que presentaba el denunciante a que tuvieron que utilizar "la mínima fuerza imprescindible" para reducirlo porque estaba "muy agresivo" y se enfrentó a ellos cuando le requirieron la documentación. Además, destacaron que antes de su llegada causó destrozos en el edificio, por lo que pudo haberse hecho daño.

El fiscal, que reclama para cada uno de los agentes cinco años y medio de cárcel y diez años de inhabilitación, hizo constar durante el interrogatorio que la víctima presentaba más de una decena de lesiones en diferentes partes del cuerpo, algunas de ellas longitudinales y compatibles con el golpeo de una porra. En la sesión de hoy declararán los forenses, que serán quienes determinen la entidad de las heridas y la forma en la que se produjeron. La acusación también hizo referencia al testimonio de la vecina que alertó al 091 porque la presunta víctima estaba ebria y ocasionando desperfectos en el rellano. La mujer, que ya falleció, testificó que observó por la mirilla la intervención de los policías nacionales y que había visto cómo le daban "tres porrazos".

Los hechos sucedieron sobre las 03.15 horas del 22 de abril de 2012 en la Torre Costa Rica. Los agentes se presentaron tras ser requeridos por la vecina porque el joven arremetía contra el mobiliario comunitario al no poder acceder a su piso porque su tía había dejado la llave puesta por dentro de la puerta. La Fiscalía describe en su informe que se encontraba "en una situación de ebriedad absoluta", al tiempo que especifica que "era tal su estado de intoxicación que confundía la puerta del ascensor con la de su casa".

El residente en la Torre Costa Rica, que se enfrenta a una petición de 14 meses de prisión por golpear a los agentes, negó ayer durante el juicio haberlos agredido. El joven y los cuatro policías coincidieron en que cuando llegaron los funcionarios se encontraba dormido en el rellano. Uno de ellos lo despertó tocándole en un brazo. A partir de ahí, las versiones difieren.

Los miembros del 091 relataron que cuando le pidieron la documentación, se levantó y se encaró con uno de ellos, por lo que un compañero se puso en el medio. En ese instante, el joven lo agarró por el cuello y ambos se cayeron al suelo. "Hubo que hacer fuerza para reducirlo porque estaba muy agresivo", testificó uno de los agentes, quien aseveró: "A ese chaval no se le dio ningún porrazo".

El joven contó que lo golpearon "por todos los lados" tras solicitarle el número de placa a uno de los funcionarios. "Me dio un porrazo en el estómago y me dijo que si me ponía chulo me daba otro", declaró, al tiempo que contó que se le "echaron encima" dos o tres policías. "Al llegar a Lonzas me dan un porrazo cuando bajo del coche y me dicen: 'Te vas a acordar de nosotros toda tu vida, hijo de puta", testificó el denunciante, quien afirmó que estaba "muy nervioso y llorando" y que lo retuvieron en el calabozo. "Les repetía que no había hecho nada y les decía que llamasen a mi abogado y que me llevasen al médico. Hasta los propios presos de otras celdas protestaban para que me llevasen", manifestó.

El denunciante fue traslado a la Casa del Mar, pero el médico que lo atendió, según su versión, no lo exploró y solo hizo constar que tenía una herida en la frente. Las lesiones a las que hace referencia la acusación fueron detectadas por los forenses al día siguiente.