La delicada situación económica de la Empresa Municipal de Vivienda, Servicios y Actividades (Emvsa) está detrás de la decisión del Gobierno local de renunciar a que se encargue de financiar las obras necesarias para terminar el complejo polideportivo de O Castrillón, que tendrán un coste en torno a los 2,5 millones de euros y que incluyen una piscina cubierta. Los fondos con los que debe completarse esta instalación tendrán que proceder del presupuesto municipal de 2017, lo que implicará un retraso en la entrada en servicio del recinto.

El Gobierno local debe conseguir además en primer lugar la aprobación de las cuentas del próximo año, algo que no tiene aún garantizado ante las desavenencias existentes con el grupo municipal del PSOE. En el caso de que hubiese sido Emvsa la responsable de financiar las obras, la actuación se habría acelerado de forma notable, puesto que podría licitar el proyecto de modo inmediato.

Lo que no varía con relación a los planteamientos iniciales de Marea Atlántica con respecto a este equipamiento es que su gestión sea pública y a cargo del propio Concello. Cuando el Partido Popular puso en marcha esta iniciativa en el anterior mandato, adjudicó a Artabria, una empresa del grupo Gadisa, la construcción del edificio que albergará el polideportivo a cambio de situar en su planta baja un supermercado, mientras que el equipamiento deportivo debería ser instalado por la compañía a la que se adjudicase la gestión del complejo.

La asociación de vecinos de O Castrillón-Urbanización Soto fue informada por el Ejecutivo municipal de que se está redactando el proyecto definitivo del polideportivo, así como de que Emvsa y Gadisa firmaron el pasado día 6 el contrato de alquiler del local que albergará el supermercado, lo que permitirá que la compañía inicie las obras para su instalación.

La entidad vecinal de O Castrillón-Urbanización Soto discrepaba del diseño aprobado por el anterior Gobierno local para este polideportivo, por lo que a la llegada de Marea Atlántica a la Alcaldía propuso una serie de modificaciones que fueron aceptadas por los nuevos responsables municipales. Entre los principales cambios se encuentra en la ubicación en el mismo nivel de la piscina y la zona de seco estarán al mismo nivel, la supresión de las pistas de pádel proyectadas para instalar una zona polideportiva, además de la incorporación de un spa con sauna seca, una bañera de hidromasaje y un circuito con varios tipos de ducha.

Consulta

Para determinar si el recinto es viable, el Concello organizó una consulta entre los vecinos para saber si están interesados en abonarse a sus actividades. Casi dos mil personas respondieron de forma positiva a esta iniciativa, lo que supuso un resultado satisfactorio, ya que el umbral de viabilidad fue situado en los 1.500 abonados.

El Gobierno local informó también a la asociación vecinal de que estudia una nueva regulación del tráfico en la calle Montiño, caracterizada por su estrechez y su fuerte pendiente, pese lo cual tiene doble sentido. El colectivo de residentes propone que sea solo de bajada hacia la ronda de Outeiro, ya que la subida puede hacerse por la Merced o la avenida de la Concordia, así como que se autorice el giro a la izquierda en esa misma vía desde la calle José González Chas para dirigirse hacia la avenida de Oza.