La Policía Local intervino en 25 casos de acoso escolar en colegios e institutos de la ciudad desde enero de 2015 a junio de 2016. Las actuaciones se llevaron a cabo en el marco del programa municipal Agente Tutor, que busca implicar a la Policía Local en las labores de vigilancia y prevención de conflictos y consumo de drogas en los centros educativos coruñeses.

De acuerdo con el balance de la Policía Local, de estos 25 casos, 10 tuvieron lugar a lo largo del pasado año y 15 en los seis primeros meses de 2016. Como episodios de acoso escolar se incluyen las amenazas, agresiones incipientes o leves, el acoso a través de teléfono móvil o las coacciones.

Los agentes desarrollaron un total de 112 actuaciones en este periodo de tiempo. De ellos, 39 intervenciones tuvieron que ver con casos de absentismo escolar -17 en 2015 y 22 en 2016-, de los que un 84,3% se resolvieron después de haber intervenido los agentes, la dirección de los centros y las familias.

La inmensa mayoría de las incidencias tienen lugar en la Educación Secundaria. En Primaria solo se notificaron tres incidencias en estos 18 meses: una por problemas de conducta en el aula, otra por conflicto entre padres y otra por daños.

Uno de los frentes que más centran la atención de estos agentes es el consumo de drogas entre los estudiantes. En este sentido, en 2015 intervinieron en ocho casos de consumo de cannabis, de los cuales dos fueron protagonizados por alumnos que ya habían superado la mayoría de edad. De los seis menores de edad identificados por los agentes, dos eran consumidores habituales, tres se estaban iniciando de forma experimental en el consumo de porros y uno mostró un consumo "problemático". Hasta junio de 2016 no se detectó ningún caso de consumo de drogas en el marco de este programa.

Los datos que maneja la Policía Local también destacan los problemas por mala conducta en el aula. En el periodo analizado se detectaron un total de 10 casos -siete en 2015 y tres en el primer semestre de 2016-. De ellos, tres están controlados y en seguimiento a través de entrevistas y dos se han saldado con un cambio de centro de los estudiantes problemáticos.

Otras de las intervenciones producidas tuvieron que ver con un posible embarazo, finalmente negativo, que trajo consigo una reunión de agentes y profesores del centro con la menor afectada y la madre, o un problema por difusión de imágenes privadas entre los menores de un centro, que se resolvió con la mediación de los agentes y la aplicación de medidas correctivas por parte del centro en el que tuvieron lugar los hechos. Los conflictos escolares no se limitaron solo a los alumnos sino que también afectaron a los padres. En total, los agentes tuvieron que mediar en tres conflictos entre tutores de estudiantes, habiéndose resuelto todos.

Este programa de vigilancia policial nació en 2014, bajo el mandato del Gobierno local del PP, como una iniciativa pionera en la ciudad, desarrollada a través de un convenio entre la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.

Los agentes vigilan el entorno de los centros en horarios de recreo, entradas y salidas e intervienen en conflictos entre menores a petición de las direcciones de los centros. También median en posibles casos de ciberacoso, en los que pueden actuar en las redes sociales e incluso alertar, a través de la Junta Local de Seguridad, a la Policía Nacional, que cuenta con unidades especializadas en delitos informáticos. Los policías también se encargan de impartir conferencias entre los alumnos relacionadas con la seguridad vial o el consumo de drogas, así como simulacros de evacuación de los centros.

En A Coruña el programa comenzó en el colegio Curros Enríquez y en el instituto Rafael Dieste pero ya se ha extendido a otros centros como el IES Zalaeta o el Grande Obra de Atocha. La Asociación Profesional de Policía Local de A Coruña -mayoritaria en el cuerpo- reclamó a inicios de este año la necesidad de reforzar unidades especializadas, como la de la Policía Tutor.