Jorge Martí es el vocalista, guitarrista y compositor de La Habitación Roja, un grupo de pop que nació hace más de dos décadas y que en estos momentos está inmerso en la presentación de su último trabajo discográfico, titulado Sagrado Corazón. La banda llegará este jueves a las 22.00 horas al Garufa Club para presentar su nuevo álbum.

-Sagrado Corazón incluye canciones melódicas, rock, baladas? ¿Es este el disco más heterogéneo de la banda?

-La verdad es que es un disco bastante variado, que toca bastantes palos, entre los cuales se ha movido la trayectoria del grupo. Pero, en este caso, queríamos ir a esos extremos: nunca habíamos hecho una balada tan balada como 24 de Marzo, por ejemplo.

-Eligieron You Gotta Be Cool como primer single del disco, una canción separada del estilo que les caracteriza. ¿Hicieron este giro de forma premeditada?

-Estábamos haciendo maquetas y, de repente, se me ocurrió jugar en una canción a que no somos nosotros, tratar de sonar como suenan algunas de las canciones que escuchan mis hijas. Eso salió de forma espontánea y natural y luego, lo que no me parecía espontáneo y honesto, era cambiarlo.

-¿Ofrece la estabilidad como grupo un mayor margen a la experimentación musical?

-Tiene sus partes positivas porque sabes que hay gente que está esperando tus canciones y, al mismo tiempo, eso te da cierta presión. Lo importante en un grupo es intentar abstraerse de la rutina y que las canciones se vean acompañadas de la ola de frescura que hace falta para llevar adelante un proyecto musical y, en ese sentido, somos un grupo que ha funcionado de una forma muy espontánea.

-El año pasado celebraron su vigésimo aniversario con un disco y una gira. ¿Qué sensaciones les dejó esa conmemoración?

-Fue muy positivo, hemos estado siempre haciendo canciones, giras, discos... Nunca hemos echado mucho la vista atrás pero 2015 sí que significó para nosotros el darnos cuenta de que han pasado veinte años y la de cosas que hemos hecho, la de gente que hemos conocido... Esto se ha convertido en nuestra vida y la ha condicionado para bien la mayoría de las veces.

-Hablaba antes sobre la heterogeneidad del disco. ¿Han evolucionado las influencias de la banda en estos veinte años?

-Yo creo que seguimos teniendo las influencias de siempre, los clásicos de los sesenta y los ochenta y, desde que empezamos a hacer música, hemos ido incorporando influencias de música contemporánea que vamos descubriendo. Todo lo que te gusta lo absorbes como una esponja y va creando un poso que usas luego en tus canciones.

-Fueron pioneros en la publicación de un EP únicamente en digital, Metropol (2001). ¿Valora positivamente la evolución del mercado musical digital?

-Es obvio que tiene un montón de cosas positivas. Somos una compañía que nunca ha sonado en las radios comerciales e internet ha hecho que podamos llegar a mucha más gente. Lo negativo es que, de alguna forma, hoy en día se escucha más música que nunca, pero se valora menos que nunca. Los discos se siguen grabando en estudios, y es un proceso que está bien que la gente valore. Ya no hablo de comprar o vender discos, sino de valorar un trabajo que ha supuesto horas de esfuerzo, talento y amor, y a veces nos pasa que cuando una cosa es gratis no le damos tanto valor.