El Gobierno local intensificará este fin de semana la vigilancia en las inmediaciones del coto de caza cercano a Novo Mesoiro, ya que los vecinos mostraron su preocupación por la práctica de la caza en una zona tan cercana a sus viviendas y a los lugares de ocio de los residentes en el barrio.

La Patrulla Verde realizará labores de supervisión para controlar que se cumpla la ley vigente con respecto a las actividades cinegéticas y a las medidas de seguridad que deben mantener. Fuentes municipales aseguran que, en caso de que los cazadores incurran en alguna infracción, los agentes darán parte a la Guardia Civil.

La asociación de vecinos del barrio expresó, en el Dillo Ti que el Gobierno local realizó en Novo Mesoiro, su preocupación por la existencia de un coto de caza cerca de sus viviendas.

Para entonces, la concejal de Medio Ambiente, María García, se comprometió a que los agentes de la Patrulla Verde se desplazaran a la zona cuando se autorizase esta actividad con armas de fuego.

La presidenta de la asociación de vecinos, Mónica Calvo, asegura que respeta la existencia del coto, ya que "estaba antes" que los residentes en la zona, pero eso no la exime de tener "preocupación" por esta situación.

"Nosotros no lo queremos ahí porque nos afecta. No podemos hacer vida normal durante los meses de caza, sobre todo los fines de semana porque está muy cerca", denuncia Mónica Calvo. La legislación vigente establece zonas de seguridad respecto a las zonas habitadas y exige una franja de 100 metros en todas las direcciones.

La asociación animalista Libera ha solicitado a la Xunta que tome medidas para suprimir o alejar de las casas la zona de caza que linda con Mesoiro. Los animalistas alertan de que las armas de fuego que se venden en el mercado superan los cien metros de alcance, por lo que los disparos podrían sobrepasar las zonas de seguridad establecidas en la ley.

"Un disparo equivocado o una bala rebotada podría llegar a las viviendas y a la zona infantil, causando daños a vehículos, mobiliario público, ventanas o, incluso, daños personales", denuncian desde la entidad animalista.

Su propuesta a la Xunta es que declare zona no cinegética una parte del coto, la más cercana al barrio. "Durante los cuatro meses que se autoriza la temporada de caza el barrio está prácticamente cercado, vulnerando los derechos de las personas no cazadoras a disfrutar del entorno natural de Novo Mesoiro por miedo a ser alcanzadas por un tiro", se quejan desde Libera.

La entidad también quiere proteger a los habitantes de las colonias felinas del barrio, para evitar que sean víctimas de los disparos de los cazadores.