La falta de entendimiento del Gobierno local con el grupo socialista tras las conversaciones mantenidas en las últimas semanas, lleva al alcalde, Xulio Ferreiro, a replantear la posibilidad de una cuestión de confianza para lograr aprobar el presupuesto de 2017. Su reiterado objetivo es tenerlos en vigor con las campanadas. "Es un instrumento más, está ahí y si es necesario se usará", manifestó ayer sobre esta fórmula para alcanzar la aprobación de las cuentas. Mantiene, a pesar de falta de avances, la confianza en que no sea preciso recurrir a ella. En la tarde de ayer, una nueva cita acabó con resultados negativos, en un último intento para hablar de las ordenanzas fiscales antes de que se voten mañana en un pleno en el que parece que seguirá reinando el desencuentro.

"No deberíamos llegar hasta ahí, pero si en su momento se dan las condiciones, lo valoraremos", había manifestado el propio Ferreiro hace solo una semana a este periódico sobre la cuestión de confianza. El regidor engordó ayer la contundencia del discurso ante un PSOE que se niega a dar más pasos si no entra en el Gobierno. En una cuestión de confianza, el alcalde ligaría su puesto a la aprobación de los presupuestos. Si estos no salen adelante, la oposición tendría un mes de plazo para convocar una moción de censura. Si no prosperase en este plazo, las cuentas quedaría aprobadas automáticamente.

Esto obligaría a los socialistas a manifestar públicamente si están dispuestos a plantear o sostener una alternativa en un momento delicado para el PSOE tras su abstención en el Congreso de los Diputados. El PSOE no se ha pronunciado hasta el momento sobre esta posibilidad. Insiste en que no podrá dar su sí a presupuestos ni modificativos si no está dentro y que su llegada "mejoraría la estabilidad plenaria y la gestión" y "dotaría a la ciudad de un proyecto".

"Tenemos en cuenta todos los posibles escenarios y los instrumentos a usar dependiendo del escenario", explicó Ferreiro ante esta situación, quien destacó que su grupo está en el Concello para que la ciudad "pueda ser gobernada", a lo que añadió que 2017 "tiene que ser un año muy importante" y para que conseguir ese objetivo es indispensable contar con un presupuesto. También se pronunció el alcalde en contra de que se repita la situación de este año, en el que las cuentas se aprobaron en junio, por lo que aseguró que el Gobierno local hará "todo lo posible" para que entren en vigor el 1 de enero y no demorar más su aprobación.

Los reproches de Ferreiro hacia los socialistas se extendieron además a su postura sobre las ordenanzas fiscales, que serán debatidas mañana en un pleno, ya que Marea entregó su propuesta al PSOE hace un mes y su respuesta acaba de llegar con un rechazo a la subida de las tarifas del agua. El alcalde afeó a los socialistas que, mientras el Ejecutivo les propone que se establezca una "relación de confianza", ellos "desaprovechen" esa opción para presentar "el último día a última hora" una propuesta de ordenanzas fiscales que carece, dice, de estudios económicos y técnicos previos. Ferreiro recordó que el incremento de la tasa de depuración que se pretende incluir en el recibo del agua fue aprobada por todos los municipios y grupos en el consejo de administración de Bens.

Renta social municipal

El PSOE, que mantuvo inmóvil su propuesta en la reunión de la tarde, cuestionó ayer en una nota de prensa si la renta social "no era más que propaganda", por la intención del Gobierno local de reducir la partida para pagar la ampliación de Emalcsa y extender el servicio de Bicicoruña, argumentando que, dada la aprobación tardía del presupuesto y que solo se lleva un mes tramitando solicitudes, sobrará este 80% de la consignación. En una pregunta escrita, pide saber cuántas peticiones se han registrado, se han aceptado y rechazado. Se pregunta si "es mala gestión", si el Concello tiene "información social" incorrecta o es que "era propaganda".