El cementerio de San Amaro, es el escenario elegido cada año por el Concello para efectuar un homenaje a los difuntos en diferentes puntos de la necrópolis, como la Cruz de los Olvidados y el Monumento a los Muertos por la Libertad, donde tanto el alcalde, Xulio Ferreiro, como representantes de todos los grupos municipales colocaron una vez más coronas de laurel. Otros lugares en los que se realizaron ofrendas florales fueron las tumbas del poeta Manuel Curros Enríquez y el alcalde Alfredo Suárez Ferrín, pero este año se incorporó además con carácter especial la de Antón Vilar Ponte, ya que en 2016 se celebra el centenario de la fundación de As Irmandades da Fala, institución que este escritor puso en marcha junto a su hermano Ramón.

Ferreiro destacó que es "mucho" lo que los Vilar Ponte hicieron por A Coruña y Galicia y recordó la importancia de su labor "para la dignificación de un idioma que también tuvo que resistir décadas de asfixia", situación que relacionó con el alcalde republicano Suárez Ferrín, de quien dijo que "hubo quien pensó que era necesario callarlo para siempre", en referencia a su fusilamiento por los sublevados franquistas en 1936.

El homenaje municipal contó con la participación de miembros de la coral Cántigas da Terra, que también festeja este año su centenario, que interpretaron dos piezas en el cementerio.