Hace ya más de diez años que el Ayuntamiento de A Coruña aprobó el proyecto urbanístico conocido como parque del Agra do Orzán, con 31.814 metros cuadrados de extensión, de los que 14.283 serían zona verde. Para el cálculo de esta última superficie se tenía en cuenta la calificación de 5.174 metros, propiedad del empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián, como suelo urbano no consolidado, lo que le obligaba a ceder suelo al Concello.

La sentencia emitida ahora por el Tribunal Supremo da de forma definitiva la razón a Cebrián sobre esos terrenos, que reclamaba que recuperasen su condición de suelo consolidado, aunque solo en los 3.331 que habían sido ocupados por el convento de las Adoratrices. Esta resolución impide que esa superficie compute para la cesión de terrenos en los que se construya el parque del Agraparque del Agra, que sufre así un importante golpe para su desarrollo.

Esta actuación municipal -que está comprendida entre las calles Gregorio Hernández, Peruleiro, Camino del Pinar, Páramo, Canceliña y Almirante Mourelle- fue planteada por el entonces Gobierno local socialista como una importante oportunidad para el barrio, que carece de zonas verdes y espacios abiertos, pero, aunque se presentó con el nombre de parque, la iniciativa preveía también la construcción de 400 viviendas, entre ellas las proyectadas por Rodríguez Cebrián en sus terrenos. El plan incluía también la construcción de un aparcamiento público subterráneo y un edificio multiusos en el que se instalarían la Casa de las Mujeres, el Centro Municipal de Promoción y Desarrollo Empresarial, un centro de día de atención a mayores y una escuela infantil.

Cuando en 2011 el Partido Popular llegó a la Alcaldía no se había puesto en marcha el proyecto y al año siguiente decidió eliminar del mismo el edificio multiusos al considerar que no había suelo suficiente para construirlo al haberse realizado de forma errónea la gestión urbanística. El mandato de los populares también pasó en blanco para el parque del Agra, a pesar de que el entonces alcalde, Carlos Negreira, llegó a anunciar el derribo del muro del Observatorio para que los vecinos del barrio disfrutasen de los terrenos que circundan a ese edificio.

Con la sentencia dictada ahora por el Supremo, el Gobierno local de Marea Atlántica se verá ahora obligado a modificar el plan general de la ciudad para adaptarlo a la exclusión del parque de los terrenos en los que Rodríguez Cebrián podrá construir. Pero esta revisión obligará a redefinir todo el proyecto urbanístico de la zona, tanto en las superficies destinadas a zona verde como a edificación, lo que retrasará durante aún más la ejecución de esta iniciativa, que los vecinos esperan ya desde hace muchos años y para la que no se atisba su comienzo.

El BNG calificó ayer de "muy negativa" la sentencia del Supremo al entender que los terrenos de las Adoratrices debían formar parte de la zona verde junto con los del Observatorio y el Campo da Burra. Para la concejal Avia Veira, la autorización para edificar en los 3.000 metros cuadrados que ocupaba el desaparecido convento es "una herencia muy costosa de las políticas urbanísticas de las décadas pasadas". Veira añadió que la modificación del plan general puede ser una "oportunidad para hacer, por fin, las cosas bien", por lo que reclamará que la nueva ordenación sea "más beneficiosa y de menor impacto urbanístico", así como la recuperación de los terrenos del Observatorio.