Cuando Silvia Castro entró en la academia de la Policía Local eran 80 alumnos en clase y solo ocho mujeres. Ahora, 25 años después de haber vestido el uniforme por primera vez, Castro asegura que han cambiado muchas cosas en el Cuerpo y que todas "han sido para bien". Dice que nunca ha recibido un trato "distinto" por el hecho de ser mujer y que, tanto en la academia, como en el trabajo, todos los compañeros hacen lo mismo.

Silvia Castro fue ayer una de las agentes que recibió la medalla con distintivo blanco por veinte años o más de servicio a la Policía Local. "Sois un orgullo para nuestra ciudad", les dijo ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, en el discurso que cerró el acto de entrega de las condecoraciones y que precedió al Himno galego, interpretado por un gaiteiro y agente de la Policía Local, que sirvió de despedida de todos los compañeros que, durante más de veinte años han recorrido las calles de la ciudad, en coche, a pie, en moto y, en ocasiones, hasta en bicicleta.

En su discurso, recordó también el regidor municipal que A Coruña consta como una de las ciudades más seguras de Europa y que mantenerse en ese puesto es uno de los retos de la ciudadanía y de los cuerpos de seguridad que operan en el municipio, no solo del 092, sino también de la Policía Nacional.

Para Silvia Castro, que es también psicopedagoga y la coordinadora de la Unidad de Educación Vial de la Policía Local, la decisión de entrar en el Cuerpo fue "vocacional", no fue, ni mucho menos, una tradición familiar ni había ningún ejemplo cercano en el que fijarse para seguir su estela. Como ella, 238 agentes recibieron ayer su condecoración, como el presidente de la Asociación Profesional de la Policía Local, Manuel Aceña, que cumple ya 27 años en el Cuerpo.

A pesar de los cambios y de las nuevas exigencias, los agentes aseguran que, si algo ha permanecido inmutable con el paso de los años, eso es, sin duda, su compromiso con el trabajo que desempeñan a diario, con la defensa de los vecinos. Su llegada a la Policía Local no fue igual para todos, algunos lo hicieron hace ya casi treinta años, cuando en las aulas apenas había mujeres. Silvia Castro y sus compañeras de promoción comentan que, a pesar de que ellas fuesen solo un 10% de la clase, fueron las primeras en entrar "de manera regular", sin que su presencia en la academia supusiese una rareza.

Para el alcalde, uno de los días que más marcaron la importancia del trabajo de la Policía Local fue el 10 de septiembre de 1996, cuando se derrumbó el vertedero de Bens y hubo que responder a la necesidad de los vecinos, a garantizar su seguridad, a que no pasase nada más de lo que había acontecido ya.