-El Concello, basado en una ley europea, ha dado esta semana por extinguida anticipadamente la concesión, que acababa en 2024. También aprobó una prórroga de dos años, hasta 2018. ¿Esto crea intranquilidad en la empresa o en el usuario?

-No, evidentemente no. El servicio está continuado, no extinguido, y estamos pendiente de lo que determine Bruselas. Estamos tranquilos y trabajando en las opciones que tenemos. Seguimos funcionando con normalidad y sin diferencias.

-¿Este nuevo escenario transitorio puede provocar tensiones con el Ayuntamiento?

-No. El Concello ha sido prudente al consultar a Europa. El reglamento es confuso y da lugar a varias interpretaciones. Para evitar consecuencias hay mecanismos de consulta y lo lógico es utilizarlos.

-No se ha informado aún de cuánto costará el bus en 2017. ¿En las conversaciones con el Concello hay unanimidad en el deseo de mantener el precio del billete ordinario en 1,30 euros, como quiere el Gobierno local, o incluso rebajarlo?

-Se habla de la negociación de la tarifa como si fuera algo que se regatea en un bazar turco y no es eso. Tenemos un reglamento aprobado en el pleno del Ayuntamiento en el que se establecen unas bases para establecer una tarifa en función de una factura de costes de la compañía. Los revisamos, ellos también, y se ratifican en una junta de precios por la Xunta.

-¿Pero Tranvías también quiere que el precio se congele?

-De momento sí. Hasta que no se pronuncie nadie y no cambie la situación seguimos con el mismo precio. La revisión daba lugar este año, con las fórmulas que fijan los precios, a una subida pequeña y en vista de cómo está la situación, pendiente del año que viene... Subir de 1,30 a 1,31 euros también es incómodo para nosotros.

-Si no sube el precio, ¿quién asumiría ese aumento del coste que determina la fórmula? En la congelación de 2015 la plantilla renunció al aumento salarial pactado por convenio.

-Lo asume la compañía, no se traslada a nadie. La plantilla tendrá el aumento del convenio. No cabe ahora cambiar las condiciones.

-El Concello quiere reformular las líneas del bus. ¿Es necesario hacerlo ahora?

-Todas las líneas son mejorables y es evidente que la ciudad y sus necesidades de movilidad cambian, por lo que hay que adaptarse. Hace menos de un año hicimos una encuesta a los usuarios y nos dijeron que están francamente satisfechos con el modelo de líneas; ahora bien, hay que estar siempre pendiente de sus necesidades.

-Vamos con algunas de esas necesidades que proponen los vecinos. Por ejemplo, líneas de recorridos más cortos.

-Eso depende de las líneas y de la longitud. Ahora no podemos plantearnos una cuestión sobre rutas cortas sí, rutas cortas no. No puedo decir cuál se puede acortar y cuál alargar. Lo que sí está claro es que las líneas directas a través de buenos corredores son eficientes, tienen mejores frecuencias y servicios.

-Algunos barrios sugieren líneas circulares.

-Ya las tenemos, la línea 20 y la 22 conectan dos cabeceras, cada una en un sentido. ¿Que puede haber más líneas circulares? No lo sé. En el momento en que se plantea una línea circular hay que replantearse otra línea que viene a dar un servicio semejante. La red de líneas es un ente amplio que hay que estudiar en su conjunto, salvo individualmente en casos puntuales. Las líneas circulares funcionan muy bien en ciudades que tienden a crecer por todos sus términos, y A Coruña es una península peculiar.

-Transbordos y lanzaderas, otras dos peticiones vecinales.

-Siempre defendimos el modelo transbordo porque no tenemos una red que conecte todos los puntos a todos los puntos. En A Coruña se puede ir desde un punto a otro lejano con solo un transbordo, no más. No podemos hacer líneas que zigzagueen por la ciudad uniendo todos los puntos, sino líneas determinadas que cubran las necesidades de movilidad para un gran colectivo de usuarios y que luego exista un transbordo eficiente entre ellas. Ahora bien, el transbordo puede ser disuasorio: subirse, bajarse y volver a subirse es un factor que psicológicamente disuade a la hora de coger el autobús.

-Otra insistencia vecinal es que haya conexiones directas a los hospitales.

-Es que hay centros sanitarios en toda la ciudad: el Materno, el Chuac, O Ventorrillo, la Casa del Mar, los privados? Las líneas 20 y 22 conectan algunos, pero es muy complicado conectar tantos puntos con líneas directas. La dificultad de estructurar las líneas hace necesario el transbordo. Muchas veces se habla de que la razón por la que tiene que haber líneas directas a los hospitales es porque la gente no puede transbordar, cuando al coger el autobús hay que trasladarse a una parada y bajarse en otra.

-Estas son algunas ideas vecinales para el bus. ¿Qué ideas estudia implantar Tranvías?

-Tenemos ideas pero no las queremos adelantar porque al final van a depender del Ayuntamiento, con quien estamos en conversaciones.

-Defienden el carril bus, que desapareció en el mandato anterior. ¿Qué razones dificultan su recuperación?

-Insisto en que no depende de nosotros. Hace falta el carril bus en donde hay más incidencia de tráfico y por donde circulan más buses. Lo tienen todas las ciudades modernas y a eso debe tender la nuestra. Porque fomenta y beneficia al transporte público y al privado, en el sentido de que canaliza el transporte pesado por una vía y evita un problema en la ciudad contra el que se lucha siempre: la doble fila.

-Antes circulaba por el Ensanche y Pescadería. ¿En qué otras zonas sería ahora conveniente el carril bus?

-Seguimos sufriendo complicaciones del servicio en esas zonas y ahí debería recuperarse. Por el corredor entre Juan Flórez y Linares Rivas pasan varias líneas y sería necesario. Por alguna de las rondas o tramos de ellas se podría estudiar. No me atrevo a aventurar los puntos idóneos, decide el Concello.

-Otra idea reciente, desde Monte Alto, es habilitar la zona de cocheras como aparcamiento.

-No quiero ser polémico, solo digo que no nos gustan infraestructuras que fomenten el transporte privado, que es lo que haría un parking. Ese uso también lo tiene que decidir el Concello.

-La Xunta quiere empezar a implantar de inmediato el acceso de buses interurbanos a la ciudad. ¿Les consultó el plan?

-Nos enteramos por la prensa y conseguimos una copia por internet. Presentamos alegaciones porque el plan carecía de un análisis detallado de la demanda de los usuarios, algo que después sí hicieron los concesionarios del transporte interurbano. Nosotros también tenemos datos que dicen que la mayoría de los usuarios interurbanos no van al centro de la ciudad, sino a muchos barrios. Esa necesidad obliga a buscar un punto de intercambio efectivo entre todos los servicios, por eso propusimos Cuatro Caminos, por donde cada tres minutos pasan líneas que van a la plaza de Ourense y a Entrejardines. No hay ningún sitio que no esté conectado desde Cuatro Caminos.

-¿Por qué no más al centro?

-Si vas hasta Entrejardines beneficias a una pequeña parte de usuarios con un recorrido más largo que perjudica el cumplimiento del servicio y de las frecuencias al meterte en zonas con más tráfico. La Xunta habló de introducir líneas pero no estudió cómo afectarían al servicio urbano ni tampoco a las frecuencias del transporte interurbano. El estudio justifica por qué ir al centro, pero no se plantea por qué hay que ir allí. ¿Qué tiene Entrejardines que no tenga Cuatro Caminos, desde donde se mitigan mejor los problemas de tráfico?

-¿Qué le augura a la implantación de este plan?

-Ojalá me equivoque, pero creo que va a causar incidencias en los servicios de transporte urbano e interurbano. Los atascos, que ya existen a determinadas horas, se agravarán. Hay otro tema: se cree que por llegar a Entrejardines mucha gente va a dejar de utilizar el coche y empezar a usar el transporte interurbano. Ojalá, no deseo lo contrario, pero la experiencia nos dice que no va a ocurrir ese efecto llamado porque seguimos sin mejorar los transbordos y los recorridos van a ser más largos, con más vueltas y más afección a las frecuencias.

-¿La compañía aún se acuerda del tranvía turístico?

-O se cierra o se pone en servicio, pero eso tampoco depende de nosotros. Tendríamos la obligación de gestionarlo por contrato, pero no de recuperar la instalación.