Casi dos meses después de que las cámaras se convirtiesen en parte del paisaje urbano de la Marina, el sistema de videovigilancia llamado a retirar las patrullas de la Policía Local que controlan los accesos a esta zona peatonal todavía continúa inoperativo. El Gobierno local asegura que está pendiente de acabar unos trabajos de señalización en el entorno de los jardines de San Carlos y As Ánimas aunque los plazos sobre la entrada en funcionamiento del sistema se han ido posponiendo en los últimos meses.

En septiembre, el concejal de Mobilidade Sostible, Daniel Díaz Grandío, había asegurado que en "cuestión de semanas" el sistema estaría activo, preparado para localizar por cámara y multar a todos aquellos vehículos que circulasen por la zona careciendo de permiso. O lo que es lo mismo, a todos los automóviles que no fuesen transporte público -autobuses públicos y privados y taxis-, vehículos autorizados para circular en horas de carga y descarga o vehículos con garaje privado en el tramo con la circulación restringida, entre la Autoridad Portuaria y los jardines de San Carlos.

El horario de carga y descarga no tendrá control de cámaras, ya que la ordenanza actual permite realizar estas operaciones con vehículos propios, no solo con furgonetas u otros transportes de reparto. Esta franja horaria es de seis a once de la mañana.

Pese a estar ya instaladas desde inicios de octubre, la conexión a la red se anunció para la mediados de aquel mes, con la previsión de comenzar el periodo de pruebas del sistema a partir de la última semana de octubre. Desde entonces, el retén de la Policía Local ha continuado en su puesto, alertando a los conductores que intentaban atravesar la superficie de la Marina de que el tráfico estaba cerrado. La último noticia llegó este fin de semana en el encuentro vecinal Dillo ti de la Ciudad Vieja, en el que Díaz Grandío anunció el repintando de la rotonda de As Ánimas y del entorno de San Carlos ante el "inminente" uso de las cámaras.

Actualmente hay dos grupos de cámaras: unas ubicadas frente al hotel Finisterre y otras a la altura de la sede administrativa del Puerto. El plan de Mobilidade es que las cámaras "generen una evidencia" y esta imagen pase por "una revisión de los policías de la sala de tráfico y a posteriori se confirmará o no la sanción".

La construcción del túnel de la Marina implicó la semipeatonalización de la superficie de esa avenida, por la que solo se permite la circulación, a no más de 20 kilómetros por hora, del transporte público desde marzo. Fue a final de ese mes cuando se abrió el túnel de O Parrote. El Gobierno local situó a policías locales en ambos extremos de la zona restringida a los vehículos privados, ya que el proyecto del anterior Ejecutivo municipal para instalar cámaras de tráfico en la ciudad mediante el programa Smart City Coruña no incluía la Marina. Los agentes efectuaron una labor meramente informativa hasta principios de septiembre, momento en que se comenzó a sancionar a los infractores.

Este cambio de circulación tuvo un gran impacto en los flujos de tráfico de la zona. Tres meses después de prohibir la circulación en superficie, el tránsito por el túnel de la Marina aumentó un 51%.

Con respecto al resto de cámaras instaladas en la ciudad con cargo a los fondos del programa Smart City, Díaz Grandío aseguró el pasado mes de octubre que este sigue en "fase de rodaje" y aún no generan sanciones aunque sí evidencias. "El software y hardware del sistema está funcionando a modo de prueba, viendo en qué punto puede haber mejoras", afirmó.