Explica la educadora ambiental de Adega, María R. Lafuente, que el compost si se está haciendo bien ni huele mal ni atrae a las moscas. Y, para que las quince familias de Feáns y Mesoiro que ayer recibieron sus composteros supiesen más sobre este proceso impartió un curso formativo. "Vinieron personas que, aún sabiendo que no podían llevarse un envase porque los entregamos por orden de inscripción y a personas que viven en una casa con terreno, querían saber cómo es el proceso", dice Lafuente. Esta iniciativa se complementa con la creación de una isla de compostaje, con cinco envases, en la zona de Feáns para que todos los vecinos puedan echar los restos orgánicos de sus cocinas y, de este modo, crear un fertilizante natural colectivamente. Tardará, aproximadamente, medio año en dar sus frutos.

La entrega de los composteros parte de una subvención para entes sin ánimo de lucro del Concello.