El faro de Oza ya puede ser objeto de disfrute por los vecinos de la ciudad. El pleno municipal aprobó ayer, con el voto a favor de todos los partidos, cambiar el uso sanitario que se le otorga en el actual Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) y pasarlo a uso ciudadano. Actualmente presentaba este uso ya que permanecía vinculado al Hospital Marítimo de Oza.

La Corporación atiende así una petición de la asociación vecinal de Oza-Gaiteira-Os Castros, que reclama que el inmueble se use para habilitar un museo del mar. Precisamente esta fue la idea que puso sobre la mesa la concejal del BNG, Avia Veira. PP y PSOE reclamaron al Gobierno que especificase qué tipo de gestión y qué tipo de contenido tiene previsto dar al faro tras el cambio.

La concejal del Participación e Innovación Democrática, Claudia Delso, aseguró que su departamento está trabajando en el diseño de una novedosa fórmula que haga la instalación "abierta y accesible para todos", si bien garantizó que será de gestión pública y que no se recurrirá a concesiones. En cuanto a plazos, señaló que su Gobierno trabaja con la idea de abrir el faro el próximo año.

El pleno también aprobó, con la única abstención del PP, la propuesta de anular cautelarmente la concesión de licencias -durante un año- para modificar 18 edificios de la ciudad, mientras no se apruebe una modificación del PGOM que los incluya en el catálogo de inmuebles protegidos. Entre los inmuebles afectados por este cambio se encuentra el edificios Citröen en A Gaiteira, la lonja del Gran Sol, el edificio Pou o el edificio del Observatorio.

El concejal del PP Martín Fernández Prado fue el único crítico con la propuesta del Gobierno, a quien acusó de haber hecho una selección basada en un informes "vagos y etéreos". El edil de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda, Xiao Varela, indicó que estos 18 inmuebles elegidos son los "indiscutibles", de una propuesta más amplia con más de 100 propuestas. El concejal cargó contra "el olvido hacia la memoria" practicado por anteriores Ejecutivos, y sacó a la palestra una lista de inmuebles que fueron ya borrados del mapa, como el Café Galicia, demolido en 1985; la fábrica de hielo, demolida en 2009; o la estación marítima, derruida en 2002.

Otro de los asuntos urbanísticos a los que el pleno dio luz verde fue el cambio en el PGOM para habilitar una parcela de equipamiento público en la plaza José Toubes, donde se encontraba la cafetería Remanso. El objetivo de este cambio es poder instalar en este inmueble, ahora abandonado, un centro cívico para Cuatro Caminos. Votaron a favor todos los partidos, a excepción del PP, que votó en contra.

Los populares, a través de Fernández Prado, criticaron el proyecto que tiene previsto llevar a cabo el Ejecutivo, que tacharon de "cambiazo" con respecto a otro "más ambicioso" que había diseñado el PP en el anterior mandato. Los populares preveían invertir 1,1 millones de euros, que la Marea ha reducido a tan solo 220.000 euros. El edil de Urbanismo replicó a Fernández Prado reprochando que hubiese licitado las obras de construcción sin haber cambiado el PGOM.

Varela también anunció, a raíz de una moción del PP, que la Junta de Gobierno local sacará a concurso esta semana las obras de urbanización del parque ofimático, necesarias para conceder las licencias de primera ocupación a las cooperativas que han acabado sus edificios. Por este motivo acudieron al pleno como público representantes de algunas de estas sociedades, como A Carnocha.