El parque Adolfo Suárez en Visma se abrió al uso ciudadano hace dos días, el pasado domingo, más de un año después de la primera previsión que se hizo sobre su fecha de inauguración, octubre del año pasado, según calculaba el Gobierno local del PP. El Ejecutivo de Marea tampoco acertó en el pronóstico que hizo a comienzos de 2016, el verano, y hubo que esperar unos meses más. Los vecinos del entorno que han dado sus primeros paseos por la nueva zona verde acogieron con distintas impresiones las condiciones y equipamientos del parque, aunque coincidieron al comentar que, pese a estar abierto, "aún no está terminado".

El Concello estaba ayer por la mañana colocando papeleras, pero los vecinos pedían que hubiera más. Echaban también de menos un área de juegos infantiles, fuentes, césped en algunas zonas e iluminación en todo el espacio, no solo cerca de los extremos próximos a los siete accesos que hay.

El Gobierno local, que en septiembre pasado aseguraba que el parque debía tener "acabados óptimos", avanza que seguirá haciendo mejoras en las instalaciones costeadas por la Fundación Amancio Ortega con 2,4 millones de euros, aunque no ha detallado cuáles ni en dónde, si bien representantes vecinales les transmitieron el domingo las carencias que habían advertido.

Los dos campos de la Federación Gallega de Fútbol con gradas descubiertas ocupan una parte muy visible del parque en cotas distintas. Ahora están vallados, ya que a ellos, cuentan residentes de la zona, han saltado jóvenes a jugar sin autorización. Por encima de los terrenos pasan los cables de alta tensión que unen las torretas y a pocos metros hay zonas de aparcamiento, aunque pequeñas, habilitadas para público y usuarios o pendientes de ser objeto de obras.

Alrededor de los campos, serpenteantes caminos conducen a distintas áreas elevadas que ofrecen espectaculares vistas de la ciudad, prácticamente desde todos los puntos, y a zonas más bajas y más próximas a la Institución Padre Rubinos. Dos lagunas con vegetación, donde ayer se salpicaban gaviotas, decoran el parque, que distribuye por diferentes zonas bancos de madera y de piedra, con o sin respaldo, y un área acotada reservada para perros. En otro extremo, una explanada tiene instaladas unas estructuras biosaludables próximas a tres pequeños aerogeneradores de energía, frente al cementerio.

El césped presenta un estado irregular en algunas partes del parque, con calvas y diferentes alturas de la hierba; en otras zonas está mejor cortado y más liso.