-¿Cómo fue el proceso de creación del retrato de Javier Losada?

-El proceso se inicia hace unos dos años. El protocolo establece que el alcalde saliente elige un autor y hace la propuesta al Gobierno. En este caso, es la actual Alcaldía la que me lo pide de manera formal. Al principio. Losada y yo tuvimos unas conversaciones, los dos nos conocíamos en la distancia y tomamos unos cafés para conocernos. Yo siempre intento consensuar el enfoque con la persona para saber qué quiere contar que, en este caso, es su vida profesional. Queríamos manifestar su ideología y lo que quiso construir en su etapa de Gobierno. Eso lo recogemos haciendo alusión al artículo de la Constitución que aparece en el fondo, también trata de recoger su personalidad, sus gestos y su mirada, para que nos hable de quién era. Hablo en pasado pensando en el futuro, en quien vea el cuadro dentro de unos años.

-¿Con la actual Alcaldía? ¿No fue durante el periodo de Negreira, que fue quien le sucedió en María Pita?

-Sí, a mí quien me propone el retrato es el actual Gobierno local.

-El gesto de las manos lo repetía mucho durante su época de alcalde, ¿ensayaron otros o ya tenía claro Javier Losada que iba a posar así?

-Fue mucho tiempo de pose y en diferentes momentos y yo voy recogiendo gestos y miradas y pequeños datos que la persona me va dando y, al final, lo que hago es un compendio, englobar toda esa información en un cuadro. Mi trabajo consiste en eso, en recoger todos esos datos e intentar representarlos después.

-Entonces, ¿hizo el retrato en menos de dos años?

-Hay varias partes, está la documental, la parte previa, la de la composición y, después, está la de la construcción en sí del cuadro, la pintura. Fueron periodos diferentes, el cuadro lo finalizo este año.

-¿Cómo nació la obra, tuvo que posar el exalcalde varios días o le hizo fotografías para ayudarse en el proceso?

-Hay una parte de archivo fotográfico, en la que hago fotos a la personas, también bocetos a lápiz y con todo esto empiezo a construir el retrato. Hoy en día, por las prisas, es muy complicado que la persona pueda posar directamente, porque tendría que estar tres meses en mi jornada laboral. Es inviable la pose directa, así que sí que tiro de fotos, de lápiz y de documentación previa.

-¿Esa frase que aparece en el fondo: 'Todas las personas seremos iguales en nuestra sociedad', la traía ya pensada el exalcalde o fue una idea que surgió a medida que iban trabajando en el cuadro?

-No sabíamos muy bien de qué manera y de qué forma se iba a meter en el cuadro. Hace alusión a un artículo de la Constitución, no es literal, lo adaptamos un poco y está escrito de una forma muy sutil en el fondo del retrato.

-En esta obra predominan los colores oscuros, sin estridencias, ¿tenían claro que iba a ser tan neutro desde el principio o hicieron pruebas hasta llegar a este concepto?

-Yo soy un pintor clásico y he bebido mucho del claroscuro, es más una técnica que otra cosa. Es cierto que buscamos la sobriedad. Yo con el retrato institucional intento mantener unos cánones en la imagen de la persona. El fondo negro es una cuestión de luz, una técnica que a mí me caracteriza ahora mismo.

-¿Qué le dijo el exalcalde al verse retratado?

-Vino a mi estudio antes de que se entregase y le encantó, se vio reflejado, no solo su fisonomía sino también su personalidad. Sintió que se habían cumplido los objetivos que perseguía, que se viese su persona, su ideología y lo que había hecho en su mandato. Todo esto queda reflejado en la obra.