La previsión de encadenar pérdidas en los próximos años que la Autoridad Portuaria hizo a finales de 2015 se cumplió al cierre del ejercicio de 2016 con una multiplicación por tres del déficit en el periodo de un año: los números rojos han pasado de 1,16 a 3,59 millones de euros, según la estimación que recoge el plan de empresa del Puerto, que suma cuatro años consecutivos sin beneficios.

Aquellas predicciones de la entidad portuaria, condicionada por la elevada deuda derivada de las obras de la dársena exterior de punta Langosteira, solo salvaban de las pérdidas 2018, año para el que el Puerto preveía haber vendido los muelles urbanos de Batería y Calvo Sotelo y los terrenos del hotel Finisterre y La Solana. El cálculo del superávit para ese ejercicio era en 2015 de 12,3 millones de euros, pero la misma estimación positiva que contiene el último plan de empresa adelanta los beneficios en la proyección del presupuesto de 2017 por un importe estimado de 4,77 millones y los repite en el ejercicio 2019, en el que los aumenta a 16,9 millones.

Las pérdidas del Puerto en 2016 son no obstante inferiores a las previstas inicialmente de 5,1 millones de euros. La institución que preside Enrique Losada esperaba a mediados del año pasado que los beneficios de 243.000 euros obtenidos durante el primer semestre deparasen números positivos al final del ejercicio económico después de tres años de déficit. El repunte de la actividad, la marcha del negocio, la contención del gasto y la mayor ocupación de la superficie para empresas hacían pensar en un cambio de tendencia financiera. Las pérdidas, en cambio, se han repetido por cuarto año seguido, aunque con un alcance menor del esperado.

El último año en el que la Autoridad Portuaria logró beneficios fue 2012, superiores a los 2 millones de euros. En el siguiente ejercicio el resultado económico acabó en pérdidas de 722.000 euros, que se repitieron en 2014 pero elevadas hasta los 4,25 millones, en 2015 a 1,16 y en 2016 a 3,59 millones. El plan del empresa de la entidad vuelve a proyectar números rojos en 2018 (2,85 millones) y en 2020, ya inferiores al millón de euros, y estima que en 2019 los beneficios rozarán los 17 millones por los ingresos que logre el Puerto por la venta de los activos con los que debe amortizar su deuda por la obra de punta Langosteira.

Estas operaciones estaban hasta hace poco circunscritas a un marco de diálogo y negociación con el Concello para determinar el futuro uso de los muelles urbanos (Batería, Calvo Sotelo y más adelante San Diego) a través de un nuevo convenio sobre su transformación, pero las conversaciones han quedado perturbadas después de que el consejo de administración del Puerto aprobase el mes pasado, con el único voto en contra del concejal de Rexeneración Urbana, la subasta de los terrenos que ocupan La Solana y el Finisterre.

La decisión del Puerto ha causado un profundo malestar en el Gobierno local, que pretendía comprar la parcela de La Solana por 1,4 millones para destinarlos a uso público, y en los grupos locales del PSOE y el BNG. La entidad ha retirado esa negociación por los muelles de su plan de empresa de 2017.

El plan de 2016 de la Autoridad Portuaria refleja también que la cifra total de sus ingresos por la venta de sus bienes y servicios fue de 27,7 millones de euros, un 2,8% más que el año anterior, lo que muestra una línea estable de evolución desde el comienzo de esta década. El resultado de explotación (la cifra de negocio menos los gastos que el Puerto soporta para asegurar su actividad) bajó en un año un 70%, hasta 1,12 millones.