La primera reunión del año para desbloquear los presupuestos municipales tuvo más de terapia, de análisis de la ciudad y de relación entre Marea Atlántica y PSOE, que de cifras, de partidas, proyectos y miles de euros. No hubo fumata blanca pero nadie se levantó de la mesa antes de tiempo dando por muerto cualquier acuerdo antes de nacer. Sobre la campana se volverán a reunir Marea y PSOE mañana por la tarde para intentar avanzar y poner fin a esta situación de impasse, o reuniendo 16 apoyos a un documento pactado o con una moción de censura en el horizonte. Y es que, cuando el alcalde presenta una cuestión de confianza, la oposición tiene un mes de plazo para formar un Gobierno alternativo. Si no lo hacen, los presupuestos quedan aprobados automáticamente.

A la reunión acudieron ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, la concejal de Facenda, Eugenia Vieito, y el edil de Culturas, José Manuel Sande, el portavoz de los socialistas, José Manuel Dapena, y los concejales José Manuel García y Mar Barcón. Según explicaron ayer ambas partes el tono fue "cordial" y "constructivo", tanto, que unos a otros se pusieron "deberes" para mañana.

El concejal socialista José Manuel García, aseguró que no habían hablado de cifras, que eso lo harán en la próxima junta y que habían puesto encima de la mesa su intención de ser más protagonistas en la gobernabilidad de la ciudad. "Necesitamos ser responsables de la implementación de los proyectos que les hacemos llegar", dijo García que niega que eso implique directamente entrar en el Gobierno local. Una opción que Marea tendría que consultar con sus bases y que el PSOE aseguró a este diario que también lo hará si se da esa posibilidad.

Encontrar cómo darle "visibilidad" a los socialistas forma parte de las tareas que tiene que llevar hechas el Gobierno local. Fuentes municipales aclaran que las conversaciones se ciñen estrictamente a un acuerdo para los presupuestos y que no entran en juego otras cuestiones. "Ellos dicen que tienen un modelo y estaremos encantados de verlo y nosotros quedamos en decirle cuáles son las principales líneas políticas que nosotros entendemos que son importantes para que se haga bien", explicó ayer García.

Esas políticas se basan en el empleo, en el medioambiente, el ámbito social y otras cuestiones, como las grandes infraestructuras y la relación con otras administraciones, como el Ministerio de Fomento y es también en este punto en el que sus visiones de futuro difieren.

Marea espera que el PSOE sea razonable con sus propuestas para poder evitar la cuestión de confianza y los socialistas, que el modelo de relación que el Gobierno local le otorgue el protagonismo que busca. "Puede haber foros para tomar decisiones sobre políticas o sobre la manera de hacer las cosas que sean vinculantes. Eso es lo que planteamos. La expresión máxima de eso es lo que usted dice [entrar en el Gobierno] pero de eso no hablamos, no se debatió de eso", concluyó García.

Atrás ha dejado ya el PSOE su discurso de que no hay nada en el presupuesto que pueda apoyar y ha optado por el "ya no es un diálogo de sordos", "las dos formaciones tienen su parte de razón" y, finalmente, por el "por nosotros no va a quedar".

El tiempo se agota, el alcalde, Xulio Ferreiro, alertó a los socialistas, al finalizar el pleno extraordinario en el que pretendía aprobar inicialmente los presupuesto de 2017, el 28 de diciembre, de que se daba un plazo de "quince días" para lograr cambiar el sentido del voto de los socialistas. Si el "sí" del PSOE no llegaba para entonces, Ferreiro aseguró que presentaría una cuestión de confianza para intentar aprobar los presupuestos que cuentan ya con enmiendas pactadas con la concejal del BNG, Avia Veira.

La ORA, otra vez a pleno

A pesar del recién estrenado buen rollito , la cuerda no se ha destensado del todo, ya que está muy reciente todavía el voto contrario de los seis concejales socialistas a la nueva ordenanza de la ORA [el pleno fue este lunes]. Sobre este tema, según fuentes municipales, los socialistas se mostraron favorables a anular en pleno la decisión tomada en cuanto a la tasa de anulación de las multas. Esto significa que no entre en vigor, porque el Gobierno local defiende que, si no está aprobada la ordenanza que la regula, puede causar confusión entre los usuarios. Esta anulación tendría que hacerse en el pleno y Marea tendrá que llevar, de nuevo, la norma municipal a la sesión.