El mural de Urbano Lugrís A Coruña 1669 aguarda como un paciente en el hospital a que los restauradores culminen en su piel el proceso de cirugía estética al que está siendo sometido. El símil con un enfermo lo escoge Francisco Muiños, director de proyectos de Arteca, la empresa contratada por Abanca para restaurar el mural del artista coruñés que la entidad ha trasladado desde su ubicación original en el número 74 de la calle Real, donde estaba el café Vecchio, a las oficinas principales del banco en la calle Olmos. La operación de "rescate" requerirá dos meses de trabajo, calcula el experto, y ahora está en la fase de limpieza de policromía antes de pasar a la parte más laboriosa, el estucado de todas sus faltas.

La reconstrucción del lugrís es un reto artístico de envergadura que pretende paliar el deterioro que presentaba el mural con una recuperación museística en las mejores condiciones de conservación en su nueva localización. La obra, de 9,2 metros de largo por 2,4 de alto, fue trasladada en siete bloques durante tres días el pasado mes de noviembre tras arrancarse el soporte físico sobre el que se encuentra la pintura. Un equipo de tres profesionales encabezado por Carmen Jiménez se encargará en las próximas semanas de completar las etapas de trabajo necesarias hasta que pueda ser contemplada por el público.

Al mural, dispuesto en la sede de Abanca con la misma orientación que tenía en el café Vecchio y que había concebido Lugrís, se le ha quitado el papel japonés que lo protegía desde su traslado y estos días se está limpiando con agua desionizada y jabón neutro. Después vendrá la fase que necesita más precisión. "Habrá que estucar hasta la falta más débil para que, lijando y empastando, obtengamos la unificación cromática. Es una reintegración lenta, un trabajo de chinos en el que habrá que pintar miles de rayas con distintos colores para recuperar la policromía más fiel a la original", explica Muiños. Debido a su deterioro, la obra corría el riesgo de perderse tal y como estaba en el local de la calle Real tras el cierre del café.

En Abanca, una vez restaurada, estará controlado por un dispositivo que permitirá conservarla en las mejores condiciones de luz, temperatura y humedad. "Enfrente habrá un monitor con un vídeo que explicará cómo se restauró y le acompañarán otras obras del autor y de artistas relacionados que son del banco", señala el responsable de la colección artística de Abanca, Fernando Filgueiras.

A Coruña 1669 es un mural que Urbano Lugrís creó en 1952 por encargo del Banco Hispano-Suizo por 50.000 pesetas de entonces. Se inspiró en un grabado del italiano Pier Maria Baldi que había dibujado aquel año al acompañar a Cosme III de Médici en un viaje a la ciudad y que el coruñés había visto en Madrid. Su personal estilo onírico inmortalizó A Coruña en un muro.