Una inversión de 162 millones de euros, una afluencia de hasta 7 millones de clientes en su primer año de actividad, un edificio de 162.000 metros cuadrados, una superficie comercial de 62.000 metros cuadrados, 2.800 plazas de aparcamiento, 2.500 empleos directos y 1.300 indirectos. Todas estas impresionantes cifras fueron proporcionadas en enero de 2007 por el grupo Chamartín Amorim, que promovía entonces la construcción del centro comercial Dolce Vita en el polígono de A Grela.

El centro comercial se levantó donde se habían ubicado las naves de la empresa Emesa y fue el 16 de enero cuando comenzaron las obras, con el objetivo de terminarlas antes de que concluyese 2008. Para entonces ya estaba confirmada la presencia de Eroski con un hipermercado y de Media Markt, pero todavía se negociaba la ocupación de los 178 locales destinados a otras marcas, entre los que habría tiendas de moda, negocios de hostelería y un gimnasio.

"Hemos estado en lugares así y han funcionado muy bien. Con este centro comercial cambiará la cara de A Grela", declaró en aquel momento a este periódico el presidente de Chamartín Amorim, Carlos Cutillas, en relación a los recelos que existían sobre la instalación de Dolce Vita en un polígono industrial, ya que suponía una novedad en A Coruña.

Para entonces ya se sabía que Ikea abriría un establecimiento en la ciudad y estaba prevista la apertura de otro centro comercial en Someso, Espacio Coruña, pese a lo cual Cutillas se mostró convencido de que la demanda se repartiría entre todos los complejos. "A Coruña es una ciudad que crece y A Grela va a tener un desarrollo importante", declaró el presidente de Chamartín Amorim para reflejar su optimismo sobre el proyecto.

La apertura de Dolce Vita se realizó finalmente el 16 de octubre de 2008 y constituyó un acontecimiento social que colapsó A Grela. Pero en aquellos meses se empezaban a ver los primeros atisbos de la crisis económica, que no asustaron a los responsables del proyecto porque nada hacía pensar el calado que finalmente tuvo ese fenómeno. Tampoco les preocupó saber que a solo unos metros de distancia no solo se iba a instalar Ikea, sino el centro comercial más grande de España, Marineda City, que abrió sus puertas el 14 de abril de 2011.

La competencia entre las dos grandes superficies fue feroz para captar comercios que ocuparan sus locales, especialmente en un contexto de recesión económica aguda. El optimismo inicial fue reduciéndose al ver como poco a poco cerraban los negocios en Dolce Vita mientras abrían al otro lado de la carretera a los Baños de Arteixo. El declive fue paulatino hasta que en enero de 2014 se produjo el cierre del complejo. El tapiado de la entrada para evitar la entrada de intrusos fue una imagen que pasará a la historia, ya que se trató del primer gran centro comercial español que cerró sus puertas, algo impensable en enero de 2007.