La propuesta municipal para humanizar Lavedra, y para que el Ministerio de Fomento la incorpore a su proyecto, apuesta por ir introduciendo cambios en la avenida Alfonso Molina y en su entorno para que los peatones y los ciclistas vayan ganando espacio y protagonismo y para ir borrando, poco a poco, la imagen de frontera que tiene.

El documento, elaborado por Partidarios da Cidade Sociedade Cooperativa Galega, cuenta con ocho puntos de actuación, uno de ellos, el primero, llamado "plan de reconexión peatonal y ciclable en torno a la avenida". Se centra en facilitar la movilidad de los vecinos y de los usuarios de la vía, así que, propone pintar más pasos de cebra en la calzada o cambiarlos de sitio, en algunas ocasiones, también pone sobre la mesa la necesidad de construir pasarelas y túneles y hasta de crear espacios públicos en alguno de los tramos de la principal vía de entrada a la ciudad.

Este estudio tiene también en cuenta que, con el paso de los meses, se irá avanzando en la construcción del parque ofimático, es por ello por lo que algunas de las actuaciones plantean su integración con los núcleos ya existentes, como A Pereiroa, las dos casas al pie de la avenida y que están del otro lado de la nueva urbanización.

La propuesta hace hincapié en la necesidad de reducir la velocidad de los vehículos que circulen por la avenida y en la instalación de pasos de cebra. El análisis indica que hay que tener en cuenta la seguridad de los peatones y es que, según esta propuesta, la baja tasa de atropellos en Lavedra, en comparación con la "enorme cantidad de cruces que se realizan cada día" se debe a que los peatones tienen que poner "total atención" cuando atraviesan la avenida. Con la remodelación, tendrán que luchar contra "la falsa sensación de seguridad" que podrían experimentar los usuarios al tener a su disposición más pasos de peatones y facilidades para cruzar.

El documento recoge que se podrían realizar actuaciones de "muy bajo coste económico", como poner pasos de peatones en todos los enlaces en los que fuesen necesarios, pero que implicarían "medidas drásticas" para asegurar la reducción de velocidad en los carriles de incorporación y salida de la avenida.

Otra de las opciones sería la de separar el tráfico de los peatones, aunque eso conllevaría la construcción de pasarelas elevadas y de túneles, con su "alto coste económico". El informe apuesta por "un punto intermedio" entre ambas líneas de trabajo.

"Aunque la primera de las opciones es la más acorde con los objetivos urbanísticos de este trabajo, ya que es la forma de cruce más cómoda para el peatón", el estudio se inclina por realizar "renuncias puntuales" en esta primera fase del diseño para evitar un cambio tan radical, según explican los redactores.

Las actuaciones que se plantean para mejorar la movilidad están divididas en dos: las del margen oeste de la avenida y las del este. En el margen oeste, hay siete propuestas señaladas como las más importantes, una de ellas es la creación de un nuevo recorrido peatonal entre el parque de Elviña y la parcela del antiguo concesionario Louzao, en Ponte da Pedra. Para hacerlo realidad, se propone la construcción de un pequeño túnel entre el parque de Elviña y una de las isletas que tiene la vía en su confluencia con la avenida de San Cristóbal y también un paso de cebra en las inmediaciones de este paso soterrado. En este margen de Lavedra, el documento recoge también la construcción de una pasarela entre la actual parcela del concesionario de la Seat y el jardín entre el centro comercial Carrefour, en el nudo de la avenida García Sabell.

En San Vicente de Elviña, se plantea que los peatones puedan caminar por el borde de la avenida reconfigurando el paso de peatones de la avenida en su confluencia con las calles Lamelas y Antonio Insua Rivas, también se plantea el cambio del paso de peatones de Alfonso Molina con la calle Nueva York y los de las calles Ginebra y Peñarredonda.

Para Palavea, el documento propone pintar nuevos pasos de peatones para "reconectar el barrio con la parada del bus, Peñarredonda y el centro urbano" y también intervenir en los viaductos de la AP 9 sobre Alfonso Molina -en la confluencia con la calle Peñarredonda y la plaza Padre Busto-, ampliándolos, de modo que se genere "un gran espacio público singular" que sustituya al túnel actual. El documento la califica como "la más importante en términos presupuestarios", pero la incluye por la necesidad de que este barrio se "reconecte a la red peatonal".

En el margen este de la avenida, se proponen cuatro nuevos recorridos peatonales. Uno, entre el polígono de Elviña y Matogrande, a la altura del nudo de Ponte da Pedra; otro, entre el edificio Proa y el viaducto sobre la vía del ferrocarril, que requiere la construcción de un pequeño túnel bajo el enlace entre Lavedra y la avenida García Sabell y otro paso de peatones a la altura de la esquina del edificio Proa; el tercer recorrido es en el entorno de la fábrica de armas, entre el almacén eléctrico y el comienzo de la carretera de los Maristas; y otro entre Galán, donde están las parcelas que se destinarán a usos dotacionales del ofimático y también donde se unen la carretera a los Maristas en la esquina de la fábrica de armas, en este entorno también se pondrá un paso de peatones.

En este margen de la avenida también está proyectada la construcción de una pasarela entre el parque ofimático y Matogrande, en el nuevo enlace de salida desde Alfonso Molina hasta el nuevo núcleo de viviendas.

Una vez elaborados los cambios en ambos márgenes de la vía, habrá un nuevo recorrido por la avenida de San Cristóbal que conectará O Birloque con el Barrio de las Flores; otro por la avenida García Sabell, que unirá Elviña con el campus universitario y el polígono de Someso con Matogrande.

Hay dos actuaciones dedicadas a unir ambos márgenes, una pasarela que conecte A Pereiroa con el parque ofimático y otra que mueva al sur la pasarela entre Elviña y el nuevo desarrollo de viviendas.