-¿Qué debe hacer A Coruña para mejorar su rendimiento como destino turístico?

-Una de las primeras certezas que tenemos después de profundizar algo más en la realidad del sector aquí es que esta es una ciudad muy atractiva, con unos recursos culturales y turísticos de primer nivel, como la declaración de Patrimonio de la Humanidad en torno a la Torre de Hércules, una red de museos extraordinaria o una oferta gastronómica de mucha calidad. Desde el punto de vista de la cocina especialmente, A Coruña está viviendo un momento muy interesante, siendo una de las ciudades más dinámicas a nivel gallego y también español gracias a un movimiento de jóvenes cocineros que están replanteando la tradición de forma muy interesante y atrevida. Lo que nos da la impresión es que hay muy buenos recursos pero no están bien trenzados, que falta una estructuración más ordenada de los recursos turísticos. Falta un guión, una capa turística que dé una cierta orientación pensada en el mercado turístico de una buena parte de la infraestructura. Por ejemplo, la red de museos es extraordinaria desde el punto de vista de la oferta pero nos da la impresión de que hay una cierta desconexión entre la demanda turística y ese perfil de oferta.

-En su análisis también señalaba que a esta ciudad no se le asocia con el turismo.

-Sí, nos da la impresión de que A Coruña es una ciudad que tiene una imagen muy buena pero poco asociada al sector turístico, por lo que hay que construir un relato de la ciudad en el ámbito del turismo. No tanto en el imaginario colectivo, porque cuando alguien en Madrid o Barcelona piensa en la ciudad tiene una sensación muy positiva sobre ella, de que es agradable para vivir, con esa idea de ciudad atlántica vinculada al mar y a Galicia. Pero, sin embargo, falta un relato turístico.

-¿Qué opina de la política para promocionar el turismo desarrollada en los últimos años?

-Tenemos la sensación de que A Coruña no ha tenido en los últimos años la gestión turística en su agenda de prioridades. Y esto ha ocurrido en una ciudad que fue pionera en los años noventa en la organización y la gestión del turismo, ya que fue de las primeras que creó una entidad de gestión de turismo como es el Consorcio. Ha habido una ralentización en el desarrollo de este modelo aunque, ahora sí, parece que está en la agenda por parte de todos los grupos políticos del Ayuntamiento y también por parte de las organizaciones empresariales. A Coruña tiene que avanzar en ese proceso porque tiene una organización turística un poco desfasada teniendo en cuenta las necesidades del mercado actual.

-Usted había apuntado que en A Coruña el factor Inditex estaba desaprovechado a la hora de promocionar el destino. ¿Como se debería aprovechar?

-Cuando hablo de Inditex no hablo de que Inditex haga publicidad de A Coruña. El impacto de Inditex sobre la ciudad genera cambios en el modelo de vida. Muchas de las cosas que están pasando en los últimos años, como la evolución del modelo gastronómico de la ciudad, no se explicarían si no hubiese un público demandando esos productos. Y me da la impresión de que Inditex afecta mucho en esto. Una presencia de este estilo genera cambios en los hábitos, en el tipo de gente que viene a visitar la ciudad. Cuando te montas en un avión de Londres a A Coruña te das cuenta de que hay un perfil de viajero que está identificado con Inditex de alguna forma. Esto ha generado una forma de vivir, de crear establecimientos de hostelería. Es decir, un estilo de vida que sin el componente Inditex sería difícil de entender.

-¿Cómo puede convertirse este estilo de vida en un reclamo para los turistas?

-El estilo de vida de la ciudad es uno de los elementos más atractivos desde el punto de vista turístico. A los nuevos clientes les interesan los recursos patrimoniales intangibles. Y en una ciudad tan influenciada por una gran empresa que ha cambiado el mundo de la moda eso es importante. Todo lo que tiene que ver con la cultura pop está de moda hoy en día. Que Inditex esté asentado aquí quiere decir que es una ciudad muy vinculada al mundo de la moda, que es uno de los sectores más atractivos desde el punto de vista de la imagen urbana que hay en los últimos años.

-En los últimos años ha habido problemas por la masificación turística en varias ciudades de Europa. ¿Con este plan se busca cuanto más turista mejor?

-No, uno de los grandes retos de las ciudades es cómo lograr un crecimiento equilibrado y sostenido del turismo. Hay ciudades que están al límite de su capacidad de absorción de turistas y otras que tienen margen de crecimiento, y A Coruña tiene todavía margen. Pero el crecimiento tiene que fundamentarse en bases sólidas y sostenibles, no vaya a ser que en unos años nos encontremos con un problema de equilibrio entre la ciudadanía y el turismo. Todas las políticas públicas en el ámbito del turismo tienen que tener en cuenta al ciudadano. Si el ciudadano ve que la actividad pública se orienta pensando en el turista es una desventaja para el futuro. El viajero urbano quiere ir a ciudades donde sienta que vive como un residente más. Que no pase como Barcelona o Venecia, donde algunos barrios desaparecieron como ciudad y quedaron convertidos solo en parques temáticos.

-¿Cómo influye la aparición de plataformas de economía participativa, como Airbnb, a la hora de comercializar alojamientos?

-Esas plataformas están cambiando la forma de desarrollo urbano de las ciudades sin pasar por ninguno de los órganos de gobierno en los que participa la ciudadanía. Están cambiando barrios de las ciudades, pasando de residenciales a turísticos, sin ningún tipo de control. Hay que ser cuidadosos para que no llegue el día en que los ciudadanos vean en los turistas una amenaza para su forma de vida por culpa de este tipo de plataformas.

-En comparación con otras ciudades de características similares, ¿en qué situación se encuentra A Coruña desde el punto de vista turístico?

-Es una ciudad que se encuentra en un posición competitiva extraordinaria. En recursos turísticos, no tiene nada que envidiar a ninguna ciudad del norte de España, incluida San Sebastián, que es la icónica. Una de las características que nos sorprendió al analizar los datos es que A Coruña es una de las ciudades con más baja rentabilidad para las empresas hoteleras. Y eso es porque todavía no se ha extendido la huella del turismo a lo largo de todo el año. Hay un turismo muy concentrado en el verano pero con más carencias en el invierno. Aún así, cuando uno analice la ocupación de habitaciones en invierno, el peso de Inditex, Repsol y otras grandes empresas será muy importante y nos da la impresión de que si conseguimos estructurar esa oferta, la rentabilidad hotelera va a aumentar mucho en los próximos años.

-Su plan turístico pone el horizonte en el año 2020. ¿Se podrán ver los frutos del trabajo en tan solo tres años?

-Estoy seguro de que si. El turismo es una actividad que crece de forma rapidísima. Hay que tener cuidado porque el turismo, si no se gestiona, es como un tsunami. Hay ciudades que se han encontrado con conflictos entre ciudadanos y visitantes en cuestión de dos, tres o cuatro años. Es una industria que crece a unos niveles extraordinarios, especialmente en zonas urbanas. En 2020, la situación del turismo coruñés en términos económicos va a ser bastante mejor que lo que hemos podido tener en 2016. Podemos coger la ola ganadora.