Hay símbolos que, dependiendo de quién los enarbole, significan una cosa u otra o, cuando menos, eso es lo que esperan quienes los usan. Una bufanda del Deportivo, en principio, no significa más que el apoyo al equipo, en definitiva, que se sienten unos colores y ya está. Desde la bancada de María Pita, militantes y cargos del PP siguieron ayer el pleno municipal y buscaban renombrar el símbolo para convertirlo en un arma arrojadiza contra el alcalde, Xulio Ferreiro. Una bufanda azul y blanca contra el Gobierno local y, para reforzar la idea, unos carteles que rezaban: "Ciudad de primera, alcalde de tercera".

Fueron los afines del PP los más madrugadores y los que antes entraron en el Palacio de María Pita, quitándoles el sitio a algunos de sus homólogos de la Marea, que tuvieron que seguir la sesión desde la sede de la formación, en la plaza del Humor. Querían asegurarse de que sus bufandas y carteles saliesen en la foto, a ser posible, robándole protagonismo a la pancarta que decía #ConfiamosNaMarea, y se entremezclaron para colar su mensaje, aunque fuese por la escuadra. Y es que Marea Atlántica había convocado a sus seguidores a una concentración a las 11.30 horas en María Pita para mostrar su apoyo al proyecto de Gobierno. No había convocatoria oficial del PP que, sin embargo, intentó contrarrestar con sus carteles la foto de un alcalde arropado por sus seguidores.

En la bancada, entre otros militantes del PP, estaban la senadora María Aparicio y el diputado autonómico Gonzalo Trenor. En el balcón central había también caras conocidas, como la del portavoz de En Marea en el Parlamento, Luis Villares, -fuera, en la concentración previa al pleno, estaban también los diputados Antón Gómez-Reino y Yolanda Díaz, de En Marea- y, en la esquina izquierda, el miembro de la gestora del PSOE José Trigueros, Pilar Neira, integrante de la candidatura socialista a las municipales, y otros militantes del partido en la ciudad.

Hubo abucheos que intentaron tapar el tímido aplauso que acompañó la entrada del alcalde, Xulio Ferreiro, y de los miembros del Gobierno local en el salón de sesiones de María Pita, táctica que los afines al PP no dejaron en todo el pleno, que siguieron con un ojo puesto en la afición contraria. Un aplauso, un abucheo y el alcalde pidiendo silencio. Final del primer tiempo.

Y hubo risas calladas entre los seguidores del PP cuando el regidor aludió a la retirada del escudo franquista del techo de María Pita. Y murmullos cuando la portavoz del BNG, Avia Veira, mentó la operación Pikachu, ramificación coruñesa de la Pokémon, como si hablase de algo muy lejano. De nuevo, silencio. Quizá tiempo muerto.

El único momento en el que hubo unanimidad en las muecas de afines a PP y a Marea Atlántica fue cuando el concejal del PSOE con funciones ayer de portavoz, José Manuel García, dijo: "¿Cuándo vio a un socialista dar un paso atrás?". Entonces sí que hubo risitas, incluso complicidad en las miradas de los que, como en un partido de fútbol ponen el alma en su equipo, y hubo manos que se alzaron con gesto de decir: "un montón" para contestar al edil, aunque éste no les viese desde su escaño.

Y hubo soledad, mucha soledad, en la mujer que aplaudió a José Manuel García al final de su primera intervención. Se había sentado con los afines al PP y fue la única que, para apoyar al PSOE, se saltó la norma de no hacer manifestaciones durante el pleno.

Durante el discurso de la portavoz del PP, Rosa Gallego, hubo quien se revolvió en la bancada de la Marea, quien se rió por lo bajo de algunos de sus comentarios y quienes negaban con la cabeza las afirmaciones que la concejal hacía como ciertas con respecto al estadio de Riazor. Pero, sin duda, el momento de más desconcierto entre el público y en los escaños de María Pita, fue el de la intervención del alcalde, Xulio Ferreiro, que durante sus primeros minutos se limitó a poner una grabación de la rueda de prensa de José Manuel García, en la que explicaba cuáles iban a ser los proyectos que desarrollarían los socialistas en 2017 al amparo del Gobierno local y la que, finalmente, hizo a Marea romper las negociaciones con el PSOE para alcanzar un acuerdo en materia presupuestaria.

García comentaba por lo bajo con sus compañeros al escucharse por los altavoces del Concello y, entre el público, hubo cabezas que buscaban al propietario de una voz que no era la de su alcalde, que era quien tenía el turno de palabra y el aro rojo del micrófono encendido.

El blanco y azul de las camisetas y de la historia del Deportivo lo reivindicaron ayer los militantes del PP, aunque también es blanco y azul -un poco más claro- el de los círculos con los que se identifica la Marea Atlántica. A la hora de votar, algunos de los concejales del Gobierno local mostraron ese punto azul que les había llevado casi dos años atrás a María Pita y lo mostraron al salir del Concello. Y, en este asunto, se unieron también PP y PSOE -como en su "no" a los presupuestos municipales y su confianza al alcalde-, ya que fueron los afines al PP los que jalearon al portavoz socialista cuando acusó a Ferreiro de que el Dépor no pudiese jugar este fin de semana en Riazor.

Y en el pleno, aunque extraordinario, se pudieron escuchar las mismas acusaciones de siempre: "el sectarismo del alcalde", "el victimismo", "el bloqueo" y, finalmente, la coletilla que, durante los dos últimos días ha repetido como una antífona la portavoz del PP, Rosa Gallego, como quien contesta en misa los salmos: "Dimita, señor Ferreiro". Aplausos, abucheos y, a falta del pitido final, riña del árbitro-alcalde con una mujer que le increpaba desde la bancada del PP. Fin del partido y ovación de su afición.