En la despedida de A Cunquiñadespedida A Cunquiña, como en cualquier otra noche especial de estos 16 años de vida, no faltaron las canciones de taberna, las fotografías y, sobre todo, las tazas blancas llenas de vino blanco y cada uno de los botellines de cerveza servido con su correspondiente servilleta en la boquilla, una costumbre higiénica que, a los más asiduos, les hace mirar raro a los camareros que, en otros locales, les ponen las estrellas sin más.

No faltaron en esta fiesta de despedida, en la que Pedro Naya y Eduardo Poisa salieron definitivamente del mostrador, clientes habituales, como la conselleira de Medio Ambiente, Beatriz Mato, el ex alcalde de A Coruña Carlos Negreira, y el concejal del PP Roberto Coiraconselleira de Medio Ambiente, Beatriz Matoex alcalde de A Coruña Carlos NegreiraPP Roberto Coira. Se reunieron también artistas locales y, los que más los que menos, compartieron taza blanca con escudo del Deportivo o con mejillón pintado y dijeron adiós a este recuncho de 33 metros cuadrados que tanto podría contar si hablase. Hubo fotos de familia y, a falta de alfombra roja, un improvisado photocall -la fiesta coincidió con la emisión de la gala de los Goya- en el que nadie se negó a posarphotocall con los barriles y los platos huérfanos de queso, la cesta del pan ya mediada y los palillos a punto para coger otro pincho.

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Despedida de la taberna A Cunquiña

Durante la jornada de ayer, hubo movimiento en A Cunquiña, aunque no eran ya sus clientes quienes la poblaban sino los encargados de limpiar el negocio. Había botellas casi vacías en la barra y recuerdos envueltos en papel de periódico.

La dueña del bajo tiene la intención de que el bar siga abierto, aunque bajo una nueva gerencia, así que, la del sábado, aunque en la práctica haya sido la última fiesta, quizá sea, en realidad, la penúltima vida de A Cunquiña, el refugio de tantos.