El aumento de los delitos y faltas cometidos el año pasado en la ciudad, un 3,7% más que en 2015, se debe a la falta de agentes de la Policía Nacional. Así lo aseguran los sindicatos, que advierten de que los "recortes" del Ministerio de Interior ponen "en riesgo la seguridad" de los coruñeses. Tanto el Sindicato Unificado de Policía (SUP) como la Confederación Española de Policía (CEP) sostienen que la delincuencia aumenta porque "hay menos policías". La portavoz del SUP, Sandra Castro, recuerda que en 2012 patrullaban por la ciudad una media de diez vehículos, mientras que en la actualidad "si hay tres ya es un éxito".

De hecho, las dotaciones no llegan a cubrir las cuatro zonas en las que la Policía Nacional divide A Coruña para realizar sus intervenciones, que son: Monte Alto; Ciudad Escolar-Riazor-Os Rosales; Pavo Real-ronda de Outeiro-Sagrada Familia; y Palavea-Someso-Matogrande. "Los delincuentes perciben que no hay presencia policial en la calle", subraya Castro, quien denuncia que la situación es "límite" y que está "cerca del caos".

El portavoz de la CEP, Fernando Patiño, recalca que la plantilla está "bajo mínimos" y advierte de que hasta dentro de unos años será "inviable" incorporar efectivos. "La congelación de empleo público provocó que los policías no se preparasen y ahora no hay agentes formados. La formación lleva su tiempo. Hay que esperar a que salgan las promociones de la academia de Ávila", explica Patiño, quien asegura que la "única solución" que hay en la actualidad en A Coruña es "ampliar el presupuesto para que los policías hagan horas extra".

Las estadísticas sobre la delincuencia en el municipio durante el año pasado publicadas el pasado martes por el Ministerio del Interior reflejan que se cometieron 9.447 delitos y faltas. Todos incrementaron con respecto al año anterior, a excepción de los robos con violencia y el tráfico de drogas, que descendió un 45,9% en 2016 con respecto a 2015. Los representantes de los policías achacan la disminución de detenciones relacionadas con la venta de sustancias estupefacientes a la falta de agentes, lo que provoca que carezcan de medios para investigar a los presuntos traficantes. Este tipo de casos suelen requerir numerosos recursos, pues con frecuencia es necesario que los policías realicen seguimientos, vigilancias y escuchas telefónicas.

La sustracción de vehículos fue uno de los delitos que más creció el año pasado, pues se contabilizaron 141, lo que supone un 11% más que en 2015 y la cifra más alta de los últimos cuatro años. También aumentaron los delitos de daños, ya que los 1.037 registrados implican una subida del 13,7%, mientras que los hurtos lo hicieron un 1,6%; y los robos con violencia e intimidación descendieron un 8,3%.

Los robos con fuerza en domicilios volvieron a crecer en 2016 después de haber descendido en 2015. El año pasado se registraron 242 y el anterior, 176, lo que supone un incremento del 37,5%. La cifra, aún así, está lejos de la de 2014, cuando bandas de Europa del Este protagonizaron una oleada de robos en viviendas. Al cerrar el año, se contabilizaron 402 delitos de este tipo. Las estadísticas no detallan los robos en negocios, que se multiplicaron el año pasado y generaron inseguridad en los comerciantes.