Ángel Uribe lleva en la zona de A Falperra, en total 17 años, pero ahora, de su escaparate cuelga un cartel de "liquidación por cierre". No es que se despida del negocio, es que lo traslada. "Aún no sé a dónde, pero a un sitio en el que pase más gente, porque esta zona está muerta, quizá a la plaza de San Agustín", dice Uribe, que tiene un taller de orfebrería y que restaura muebles. Su mostrador, sin ir más lejos, era una galería de La Marina, a la que salvó del fuego después del derribo del edificio al que pertenecía, pero les da también a una nueva vida a esos objetos olvidados que ve en los desguaces, como cajas fuertes y relojes de cuerda.