La calle estaba repleta de personas disfrazadas, pero una llamaba la atención por encima de todas las demás y no era para menos. El hombre iba ataviado con el traje de gala de embajador, con banda cruzándole el pecho y varias medallas, mientras que a su espalda le rodeaba el marco de un cuadro y un lienzo, con lo que no había duda de que estaba reproduciendo con su disfraz el peculiar retrato con el que Paco Vázquez se incorporó a la galería de alcaldes del Concello. El cuadro, que tanto ha dado que hablar desde que se dio a conocer, se incorpora así al repertorio de disfraces del carnaval coruñés.