La inminencia del final del contrato de recogida de residuos urbanos lleva a la Concejalía de Medio Ambiente a analizar la posibilidad de poner en marcha en el municipio un sistema mediante el que los ciudadanos paguen el recibo por este servicio en función del grado de separación de los desechos que efectúen.

El departamento municipal ha visitado ya varias localidades españolas en las que se aplican estos métodos para evaluar si es factible trasladar a A Coruña esa experiencia, que en algunos casos ha generado una intensa polémica. A continuación se detallan algunos datos sobre las características de estos sistemas, así como de los resultados obtenidos en otros países y en diferentes ciudades españolas.

El sistema. El método de recogida selectiva de residuos denominado como pay-as-you-throw o cobro variable según generación establece diferentes tarifas por la recogida de la basura en función del porcentaje de la misma que haya separado el contribuyente. Los defensores del sistema destacan que los países con una mayor tasa de separación de los residuos -Alemania, Bélgica, Austria y Holanda- emplean este modelo, del que aseguran que además hace que la ciudadanía tome conciencia del problema de la generación de residuos. También se menciona que es posible pesar o medir el volumen de la basura depositada para establecer la cantidad que se cobra y que evita el uso de vehículos de gran tamaño para recogerla, lo que también reduce el ruido producido por esta labor. El objetivo último es mejorar la calidad de la recogida selectiva, lo que redunda en un menor coste del tratamiento de los residuos.

Experiencias europeas. Bélgica aplica dos sistemas de pago por la recogida de la basura, el primero de los cuales es una cantidad fija anual y el segundo en función de las bolsas de la basura que se compren, a las que se grava con un impuesto. En Dinamarca el sistema de cobro se realiza de acuerdo con el volumen y peso de los residuos e incentiva la elaboración de compost en las viviendas. Alemania cuenta con un sistema de cobro por peso y volumen en los edificios y ha procedido a instalar chips conectados con un ordenador central en los contenedores, que se abren con una tarjeta identificativa una vez que se ha pesado la basura. La agrupación de municipios Dei Navigli, situada al norte de Milán, fue la pionera de un modelo extendido luego por toda Italia en la que se abona una cantidad fija según el número de habitantes de la vivienda y su tamaño y otra de acuerdo con el número de bolsas que se adquieren, ya que cada hogar cuenta con una tarjeta magnética con un código que se aplica a etiquetas destinadas a las bolsas. Suecia cobra una tasa fija y otra en función del peso de la basura, que se separa en once tipos diferentes de residuos y con contenedores con chips para evitar el fraude. Finlandia promueve en su capital, Helsinki, la competición entre empresas sobre la reducción de residuos y sus separación y distingue al ganador con un premio al ahorro de los recursos naturales

El caso catalán. Cataluña es la comunidad española en la que más extendido está el sistema de recogida puerta a puerta, que en algunos casos aplica también el de cobro por generación. Los municipios que utilizan esta recogida son todos de pequeño tamaño, por lo que no puede compararse con el resultado con una localidad del tamaño de A Coruña. Los estudios reflejan un descenso de hasta el 15% en el descenso de la basura generada por cada persona y de casi el 12% en el total de los municipios.

Los cubos de Oviedo. La capital asturiana cuenta con un sistema de recogida puerta a puerta desde hace bastantes años denominado Cubo Express. El método consigue evitar la presencia de los contenedores en las calles, ya que utiliza unos cubos que se depositan delante de los portales al caer la tarde y se recogen pocas horas después. La basura orgánica e inorgánica se retira todos los días, mientras que el resto de los residuos se recogen en diferentes días de la semana en distintos cubos. El Ayuntamiento reduce en un 23,25% la tasa de basuras a los edificios en los que un mínimo del 75% de los vecinos separan los residuos.

El conflicto vasco por las bolsas. Varios municipios del País Vasco llevan a cabo desde hace años una recogida selectiva de los residuos mediante postes en los que se cuelgan las bolsas de la basura. El hecho de que en muchos casos se sitúen en las puertas de los edificios y que los ayuntamientos examinen su contenido para comprobar si la separación es adecuada ha llevado a auténticas rebeliones populares en algunas localidades, donde los vecinos colgaron las bolsas de los árboles o los balcones como protesta. Muchos de estos municipios estaban gobernados por Bildu, que sufrió una fuerte caída en sus resultados electorales por este motivo en las municipales de 2015 ya que, al margen del problema de la estética, se exigía a los ciudadanos un estricto cumplimiento de las normas de separación de los residuos.

La alternativa neumática. Algunos municipios españoles han desterrado los contenedores de las calles, pero no para optar por la recogida puerta a puerta, sino por un sistema que también efectúa la separación de los residuos pero evita su presencia en la vía pública. Se trata de un modelo en el que las bolsas de basura se introducen en unos tubos diferentes según el tipo de residuo que cuentan con un equipo neumático que las succiona y envía a un depósito centralizado. Los ciudadanos pueden arrojar las bolsas a cualquier hora, lo que también evita su acumulación en los hogares, y hace innecesaria la recogida en camiones por las calles, ya que solo se realiza en los depósitos existentes en diferentes puntos de la ciudad. Entre las localidades que cuentan con este sistema se hallan Sevilla, Vitoria y León.