Que un alcalde se quede encerrado dos horas en un ascensor fue algo más que una anécdota a finales de febrero de 2007. Porque el elevador no era uno cualquiera, sino el que el Gobierno local de Javier Losada pretendía inaugurar por aquellas fechas para subir hasta el monte de San Pedro desde el paseo marítimo y hacer disfrutar a sus usuarios de unas espectaculares vistas de la ciudad. Y porque el "pequeño incidente", como lo calificó el regidor coruñés al día siguiente, ocurrió cuando el propio Losada pretendía demostrar que la instalación no tenía fallos técnicos que motivasen el retraso de su puesta en servicio y en el intento se encontró con que, en efecto, sí había problemas.

Losada, su jefe de prensa y su chófer, además de técnicos de la empresa responsable de la obra de instalación, quedaron atrapados en el ascensor panorámico un lunes 26 de febrero de hace diez años a los veinte metros de ponerse el aparato en movimiento. La cabina se detuvo, retrocedió unos metros y quedó atascada. No hubo manera de ponerla de nuevo en marcha después de varios intentos. Dos horas más tarde el alcalde y su séquito fueron excarcelados, pero en lugar de bajar a la base, subieron a pie las empinadas escaleras de emergencia, un tramo de unos 80 metros, hasta la cima de la instalación. Fin del susto.

"¿Usted no se quedó nunca encerrado en un ascensor y tuvo alguna vez algún problema?", le replicó el alcalde un día después a un periodista que le había preguntado si lo que le había ocurrido podría volver a pasar para quitarle importancia al percance que lo dejó suspendido dos horas en un aparato sin poder salir. La relevancia que tenía el incidente se debía sobre todo a que el elevador, un proyecto heredado de los últimos años de la gestión de Francisco Vázquez, no cumplía los plazos previstos por el Concello y su instalación no estaba resultando nada sencilla.

La primera previsión de su inauguración había sido finales de 2005, la siguiente fue comienzos de 2006, luego diciembre, después enero de 2007. Si alguien le preguntaba a Losada cuándo se podría utilizar el ascensor, se decantaba por un "problemas de agenda" como respuesta para justificar un nuevo retraso de su puesta en funcionamiento. La complejidad técnica del modelo concreto de elevador, con materiales nunca usados en España, impedía ajustarse a las previsiones hechas desde el Gobierno local, explicaban los expertos del sector.

La oposición aprovechó el encierro del alcalde para acusar a Javier Losada de mentir sobre el ascensor. El aparato se había empezado a construir sin licencia y su presupuesto había subido de 2,7 a 3,5 millones de euros. No se inauguró, y por sorpresa, hasta el 4 de abril de 2007.