Una vecina de la calle Juan Darriba, en O Birloque, mató a su perro arrojándolo por la ventana de su vivienda, que tiene una altura de doce metros. El can, de raza chihuahua, también era propiedad de su hijo. La procesada, que padecía alcoholismo crónico, lo arrojó al vacío sobre las 20.00 horas del 16 de marzo del año pasado. El animal quedó tendido en la calle y sufrió la rotura de su columna vertebral, lo que provocó que fuese sacrificado el 1 de abril. La magistrada del Juzgado de lo Penal número 5 de A Coruña, que impuso a la procesada cinco meses de cárcel por cometer un delito de maltrato animal, subraya en la sentencia la "entidad del maltrato ocasionado", pues el perro falleció "después de quince días de padecimientos con la columna vertebral rota".

La mujer negó los hechos durante el juicio y alegó que su intención era "meter al perro donde estaba el tendal para que no orinara en la casa, ya que estaba apurado por bajar". La juez, sin embargo, considera acreditado que lo tiró "con intencionalidad". Así, señala en el fallo que "media un trecho" entre intentar introducir al can en un habitáculo y terminar tirándolo por una ventana. "No se explica de otra manera que a través de una acción directamente encaminada a ello", recalca la titular de Penal 5.

La sospechosa, además, fue condenada a tres meses de prisión por cometer un delito de malos tratos en el ámbito familiar, pues el 14 de marzo de 2015, sobre las 22.00 horas, le propinó a su hijo, menor de edad y del que tenía la custodia, una bofetada cuando se encontraban en el domicilio familiar. El menor se negó a declarar durante el juicio. Su madre también fue sentenciada a la prohibición de comunicarse con él, así como de aproximarse a una distancia inferior a 50 metros, durante un año. La juez tuvo en cuenta a la hora de dictar la pena la atenuante de drogadicción.