El diseño que prepara el estudio de arquitectura Creus y Carrasco para reformar la Marina incluye medidas para, por un lado, reforzar la protección del peatón respecto al tráfico rodado y, por otro, acercar al viandante al mar y "resolver la necesidad de seguridad en el cantil". Figura así el plan director para el proyecto, que se desarrollaría en varias fases dependiendo del presupuesto y de las prioridades municipales. La actuación requiere que el Ayuntamiento y el Puerto de A Coruña se pongan de acuerdo, tanto para el diseño que afecta a la lámina de agua como, antes que nada, para que el Puerto ceda los terrenos al Concello y este pueda realizar la intervención.

Ambas administraciones aseguraron ayer no tener responsabilidad tras el siniestro mortal de un joven que se cayó al agua de noche. El Puerto afirma que, por el convenio firmado en 2014, la vigilancia y la policía, depende del Concello y el Concello afirma que, para intervenir en el espacio, el Puerto debe cederle los terrenos, reclamación que por el momento no ha tenido frutos. El presidente del Puerto, Enrique Losada, aseguró ayer que si el Ayuntamiento considera que hay que adoptar alguna medida en el ámbito de la seguridad, está dispuesto a analizarlo.

El diseño actual de la Marina y O Parrote fue consensuado por ambas administraciones en el mandato pasado. Mantuvo el cantil sin vallar, tal y como estuvo durante años y algo por otra parte habitual en muchas zonas portuarias. El Gobierno local de Marea decidió encargar un proyecto para mejorar los aspectos más polémicos del proyecto, como la falta de cobijo del sol y la lluvia. Creus y Carrasco, que ofrecieron la propuesta ganadora, proyectan una pérgola pero también una serie de medidas correctoras de seguridad.

De esta manera, en las proximidades de la vía, se usarían los espacios verdes existentes y alcorques de árboles para acumular conos de tierra y vegetación y construir "tanto protección en línea como fragmentada". Lo que se pretende, dicen los arquitectos, "es incrementar la seguridad tanto física como perceptiva que a día de hoy parece insuficiente e incómoda por la sensación de riesgo y peligro".

Por otro lado, los arquitectos prevén que la superficie se acerque al mar "desde un plano más bajo que la rasante del cantil". "La propuesta une esa necesidad vital que relaciona la fachada marítima con el plano del agua, con la necesidad de resolver la seguridad en el cantil y la protección y la espera de los pasajeros de los barcos", justifican. Rampas y gradas hacia el mar son las propuestas, que se inspiran en lugares como la plaza del Comercio de Lisboa o Viana do Castelo.