A Maestranza tendrá un nuevo parque infantil. Pero no un parque corriente. Será un espacio para niños creado por los mismos niños que van a jugar en él. Ellos y todos los pequeños coruñeses que se acerquen a la Ciudad Vieja. El proyecto es fruto del taller infantil de arquitectura de la Fundación Luís Seoane. Los participantes ultiman su diseño y, con el permiso del Concello y a coste cero gracias a la ayuda de dos empresas, se levantará al lado del museo, en el solar que ocupaba el antiguo edificio de Sanidad Militar, derribado en 2014. La primera fase estará lista para verano.

Desde el inicio del curso en octubre, trabajaron en el proyecto las familias participantes en la actividad Nenoarquitectura, coordinada por el arquitecto Fermín Blanco, que se celebra los sábados en la sede de la fundación.

Los pequeños, acompañados por arquitectos, ingenieros, diseñadores y docentes, han reflexionado sobre su parque desde muchos puntos de vista. Estudiaron la historia del lugar, analizaron su entorno natural y hasta recibieron hace unas semanas a vecinos de diferentes generaciones de la Ciudad Vieja para que les explicasen dónde y a qué jugaban ellos de pequeños y cómo suplían la falta de zonas de esparcimiento en el barrio. Otra sesión se ha dedicado a la visita de especialistas y técnicos municipales en jardinería.

Fermín Blanco explica además que el proyecto de zona de juego, bautizado como #eirON, tendrá en cuenta, a través de la colaboración con artistas, la figura de Luís Seoane, sobre todo, su relación con el mar, teniendo en cuenta que el espacio cuenta con inmejorables vistas sobre la ría coruñesa. "Una inspiración" que, por otra parte, está con ellos permanentemente, al trabajar en el espacio en el patio de la entidad que custodia su legado.

La directora de la fundación, Silvia Longueira, explica que esta actividad infantil tiene su origen en la exposición dedicada a Fisac que organizó la entidad en 2007, complementada con una actividad didáctica basada en el Sistema Lupo, un juego de construcción creado por Fermín Blanco con el objetivo de acercar a los menores al mundo de la arquitectura y la ingeniería.

"Somos la única institución que tiene una actividad propia en este sentido", señala Longueira, que relata como, tan pronto se convocan las plazas, "se agotan". El proyecto "fue creciendo" y "de forma espontánea" los niños y las familias comenzaron a pensar en el parque.

El proyecto, además de "participativo, divertido y espontáneo", es "a coste cero". Las empresas Rodiñas y Betanzos HB cederán "descartes" de material para construirlo, con permiso del área de Rexeneración Urbana, a la que le "encantó" la idea. "Y así vamos a acabar haciendo una intervención en un espacio que está sin uso", celebra la directora de la fundación, que explica que el parque "no tiene vocación permanente", sino que se podría desmontar y llevar a otro lugar.