Los rostros de Albert Einstein y Jack Nicholson se miran desde las paredes de la galería Moret Art. Proceden de la mano de Daniel Merlín, un artista argentino que el viernes pasado los inauguraba como parte de su última exposición, Mitos, en la que ha reunido a doce iconos de la cultura de masas. El pintor, que hasta ahora había realizado producciones al óleo comprendidas dentro de un estilo más clásico, se zambulle en esta ocasión en una vertiente diferente, con la que se propone capturar la expresión de las celebridades a través del collage.

"Un día me puse a recopilar dibujos que había roto. Me daba pena tirarlos, y me di cuenta de que podían reutilizarse", explica el artista, que vio que "hay piezas que en conjunto no funcionan, pero en trozos sí". El descubrimiento, conformado por papeles encolados unidos a modo de puzle y una pintura predominantemente oscura, le sirvieron hace tres años para ganar el 29º Premio BMW con su retrato de Samuel Beckett, al que ahora se unen otras muchos iconos: "La gente se va a encontrar con personajes muy variopintos: estrellas del rock and roll, científicos, actores... No me importaba que los personajes tuvieran relación entre sí, pero sí que fuesen expresivos", cuenta.

De todos los ámbitos a los que pertenecen sus Mitos, Merlín destaca el de las artes escénicas. Los entresijos de la interpretación y los rasgos de la personalidad más comunes de los actores son los más interesantes para el artista, que distingue entre ellos a la pieza estrella de su exposición, Clint Eastwood: "Los actores tienen carisma, y es interesante retratarlos, porque su trabajo es transformarse en otros y son muchas personas en una", dice. "En mi opinión, el personaje central es Clint Eastwood. Para esta técnica me venían muy bien rostros marcados como el de él, con muchas arrugas y mirada fuerte", añade.

El actor californiano fue precisamente el personaje en el que Merlín fijó su atención después de Beckett, al que pintó tras dos años de experimentación con el collage. "Le habré hecho como 50 retratos, y aún sigo pintándolo. Pero es porque todavía no he conseguido plasmarlo como a mí me gusta, no porque esté obsesionado con él", bromea. "El de la galería me dijo que ya estaba bien de Clint Eastwood, así que tuve que pintar a otros, pero si llega a ser por mí, hago la exposición entera de él, con la misma cara y todo", comenta entre carcajadas.

A pesar de llevar varios años con estos retratos, Daniel Merlín no se considera un artista cercano a la cultura pop. Más que una aproximación a Warhol, el argentino cataloga estas obras dentro del expresionismo abstracto, y asegura que hará lo posible por alejarse de la etiqueta dada al de Pittsburgh. "No me siento identificado con el pop. Llamaron a mi exposición Mitos porque son famosos, pero a mí no me interesa que se reconozca el personaje. Me interesa el retrato, meterme dentro del cuadro y ver todo el trabajo que hay detrás de cada trocito de papel", aclara.

Esta superposición de pedazos hasta formar una imagen continúa, aunque por un camino diferente, una de las constantes en la obra de Merlín: el concepto de mancha, en el que dice estar cada vez más interesado.

"El tema figurativo ya no me está interesando mucho, prefiero solamente las manchas superpuestas", dice. El motivo es, según el artista, el conflicto que representan: "Pintar es conflicto y el pintor vive permanentemente en él. Se trata de ordenar las manchas en el caos y formar figuras, de buscar tu personalidad, lograr meterla en tu obra y ver qué has transmitido, si ha llegado algún mensaje", afirma.