Dos acusados de robar en una veintena de viviendas situadas en el área metropolitana entre octubre de 2014 y mayo de 2016 aceptaron ayer ser condenados a tres años y medio de cárcel. Los procesados admitieron ante el tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña que sustrajeron joyas, dinero en efectivo y otros objetos de valor que había en el interior de los chalés, situados en diferentes municipios de la comarca.

El representante del Ministerio público demandaba que fuesen sentenciados a seis años y tres meses de cárcel, pero antes del juicio llegó a un acuerdo con las defensas, por lo que la vista se suspendió y los magistrados dictaron sentencia oral en la sala. Contra el fallo no cabe recurso porque fue dictado bajo la conformidad de todas las partes implicadas. Los dos condenados por un delito continuado de robo con fuerza en casa habitada tenían antecedentes penales por cometer hechos similares.

La Fiscalía reclamaba penas inferiores a dos años para los sospechosos de vender en tiendas de compraventa de oro situadas en la ciudad las joyas sustraídas en los asaltos. Cinco de los acusados de un delito continuado de receptación se declararon ayer culpables, por lo que evitaron ir a juicio y fueron castigados con entre nueve y seis meses de cárcel. De esta forma, evitaron ingresar en prisión. Dos de los imputados por este delito -un hombre y una mujer- se negaron a llegar a un acuerdo con la Fiscalía, por lo que fueron enjuiciados. La vista continuará hoy.

Durante la vista oral, el procesado alegó ante el tribunal de la Audiencia Provincial que las joyas que había vendido en los establecimientos de compraventa de oro de A Coruña pertenecían a sus abuelos. La sospechosa, por su parte, testificó que desconocía que los objetos que le entregaron los condenados para vender procedían de robos.

La Fiscalía sostiene en su escrito de calificación que los dos principales acusados "actuaron concertadamente" con el propósito de apoderarse de objetos de valor en el interior de las viviendas. Tras cometer los asaltos, se los entregaban a los otros siete procesados "para que los vendiesen en establecimientos de compraventa de oro y les entregasen posteriormente el producto de la venta".

Los imputados se apoderaron, principalmente, de joyas, aunque también se les incautaron durante los registros en sus domicilios videoconsolas, teléfonos móviles, televisores, joyas y radiadores procedentes de los inmuebles asaltados. Los acusados siguieron mismo modus operandi en los robos, pues en todos los casos, tal y como destaca el fiscal en su informe sobre los hechos, accedían al interior de las viviendas y locales del área metropolitana tras fracturar cristales con piedras.