Las estadísticas, aunque irrebatibles, se prestan a interpretaciones. Encontrar explicación a los datos o a la evolución de comportamientos conduce a conclusiones diversas. Ocurre con la situación del sector inmobiliario en la ciudad cuando se observa su adaptación a la crisis que ha sufrido en los últimos diez años. La Dirección General del Catastro refleja que entre 2007 y 2016 A Coruña fue la urbe gallega en la que más viviendas se construyeron, casi 13.200, por delante de las 11.500 de Vigo. Profesionales del sector atribuyen la cifra a más de una razón, como la reactivación económica general, la estabilidad del empleo, la fluidez recuperada en el crédito o la pérdida del miedo a la crisis.

Los datos tienen matices, puntualizaciones respecto a la situación que describen. "Que se hayan construido 13.000 viviendas en estos últimos diez años es muy realista porque los datos del Catastro son fieles a la realidad. Pero el Catastro no revela si esos pisos se han vendido o están ocupados", apunta el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Herminio Carballido.

Otro aspecto que matiza la evolución de la actividad inmobiliaria en la última década tiene que ver con los plazos de ejecución y tramitación. "Puede haber más inmuebles catastrales, pero no significa que se hayan construido en los últimos diez años, sino que se empezaron antes y se les dio de alta en el Catastro más tarde", explica el secretario general de Aproinco, Juan José Yáñez. "O las obras se paralizaron durante algún tiempo y se terminaron más adelante", añade el director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Fernando Agrasar.

Los cinco años previos al arranque de la crisis económica general fechado a finales de 2008 tuvieron en la ciudad un ritmo de construcción de promociones inmobiliarias "espectacular", a juicio de Carballido. "Ahora se sigue construyendo, pero a un ritmo diferente", señala. "La crisis no es de duración continua, en el sector estamos saliendo de ella desde 2014, aunque a un ritmo lento y prudente. La demanda de vivienda es más perceptible, tanto para comprar como para ocupar de alquiler, y tanto pisos nuevos como usados", asegura Yáñez, que cree que la estabilidad laboral y la solvencia financiera, con flujo de crédito para empresas y particulares, ayudan a la reactivación del sector inmobiliario.

Agrasar, con cautela por no disponer de datos concretos, advierte de que "una parte nada desdeñable" de las altas catastrales son de segundas residencias, es decir, de pisos que aún no se van a ocupar. También tiene la impresión de que el sector inmobiliario ha manifestado en los últimos años tendencia a "mantener los precios de las viviendas grandes, de mayor calidad o situadas en las mejores zonas, frente a las más modestas o asequibles, que han bajado los precios".

Vioño y sus aledaños, el polígono de Someso, la zona del parque de Eirís y el barrio de Monte Alto han sido, según los profesionales del sector, las áreas urbanas en las que más se ha construido vivienda en la última década. Una zona como la de Monte Alto, fuera del ámbito de protección especial, ha sido objeto de numerosos proyectos de edificación y rehabilitación de inmuebles.