La decisión del Gobierno local de poner en marcha un cambio urbanístico en los terrenos de La Solana y el hotel Finisterre es acogida con cautela por la oposición municipal, con la única excepción del BNG, que respalda sin paliativos la intención de Marea Atlántica de devolver a estas parcelas su condición de suelo público. El PP quiere por el contrario esperar a conocer en detalle cómo quiere llevar a cabo el Ejecutivo municipal esta modificación del plan general, mientras que los socialistas, que en principio apoyan la iniciativa y cuyo voto es indispensable en último extremo para aprobarla, advierten de que será necesario alcanzar un acuerdo con ellos.

"Nuestra intención al dar inicio al proceso de modificación del plan general es revertir el proceso privatizador que comenzó en el año 1999 con la desafectación del suelo de los terrenos de La Solana y el hotel Finisterre", explicó ayer el concejal de Rexeneración Urbana, Xiao Varela. Según detalló, la transformación de esa superficie prosiguió en 2012 con lo que denominó como "plano de la vergüenza" en el que el Gobierno local del PP "cambiaba la naturaleza del suelo de público a privado con un rotulador rojo", dentro de la aprobación definitiva del plan general.

Varela consideró que el pleno municipal refrendó mediante las mociones que se aprobaron que el objetivo de esta operación sea "garantizar tanto la titularidad como el uso público de la parcela que ocupan las instalaciones de La Solana", a la que se pretende devolver su antigua calificación de suelo dotacional público. También destacó el concejal que el proceso que comienza con esta actuación proseguirá con el resto de terrenos portuarios para "proteger todo el borde litoral de la ciudad", de forma que todos los terrenos sean públicos.

Consenso

Pero el grupo municipal del PSOE -al que Marea precisa si quiere conseguir el apoyo del pleno a esta propuesta, ya que se necesita la mayoría absoluta- marca territorio sobre esta cuestión. "No es necesario anticipar medidas", señalaron los socialistas, quienes aseguran respaldar "la devolución de los espacios a la ciudadanía y mantener el suelo público". Pero para lograrlo defienden que el Gobierno local lo haga "desde el diálogo y el consenso para alcanzar acuerdos que respondan al interés de la ciudadanía".

Este planteamiento obligará a Marea Atlántica a pactar al menos con el PSOE para promover el cambio en el pleno general, para el que sí cuenta en principio con el respaldo de los nacionalistas. Fue precisamente el BNG el grupo que alertó sobre la modificación introducida por el PP durante su mandato en la normativa urbanística, contra la que incluso presentó un recurso tras su aprobación definitiva, aunque no llegó a fructificar.

Pero ante la posibilidad de que en el muelle de San Diego haya viviendas en el futuro, según reconoció el alcalde, el Bloque destacó ayer que sus prioridades en esos terrenos no son los usos residenciales, sino la potenciación del transporte metropolitano por tren y mar. Este grupo defendió el mantenimiento de actividades comerciales y pesqueras en el puerto interior y reiteró su rechazo a la adquisición de La Solana por el Concello.

Quienes ya dejan claro que no se lo pondrán fácil al Gobierno son los populares, que hasta eludieron manifestar la defensa del carácter público de esos terrenos. Según este grupo, la propuesta que efectúe Marea Atlántica sobre La Solana y el hotel Finisterre "se valorará en función de lo que presenten en el momento que la presenten", fórmula con la que pretenden evitar un compromiso con una iniciativa de la que por el momento desconocen los detalles. "No damos cheques en blanco", advierte además el PP para lanzar un aviso al Gobierno local de que su actitud hacia este proyecto será de exigencia máxima.