Roberto Filgueira lleva un año y medio de director de la sucursal del Banco de España en Galicia. Nació en Madrid pero es gallego, hijo de emigrantes de Narón. Es lo que los norteamericanos denominan como un self-made man: licenciado en Derecho, tras aprobar unas oposiciones empezó como cajero en Pontevedra y fue pasando por sucursales por Madrid, Badajoz y Barcelona como interventor hasta que en diciembre de 2015 accedió a la dirección de la entidad en A Coruña tras la jubilación de su predecesor. Este mes cumple 25 años de trabajo para el Banco de España. Sus objetivos pasan por la eficiencia y seguridad absolutas en la actividad de este organismo del Estado y también por devolverle el esplendor a esta histórica sede ahora en reforma, además de abrirla más a los vecinos.

- Estos ocho meses de obra, ¿interrumpen la actividad del banco?

-En absoluto, nuestra actividad no puede paralizarse nunca. Es una de las condiciones. Por fuera el edificio no está bonito, con el andamiaje y las lonas, pero no está cerrado.

- ¿Es la mayor rehabilitación del inmueble en los últimos años?

-No, aunque exteriormente sí. Se enmarca en la línea de las reformas realizadas en los últimos años, desde 2007 y sobre todo entre 2014 y 2015, con actuaciones en el interior. Se ha hecho un gran esfuerzo inversor en esta joya de la ciudad que cumple 92 años desde que se acabó la obra en 1925, aunque se inauguró y ocupó en 1926. La propia configuración del edificio requiere una gran meticulosidad en la rehabilitación y así lo hemos hecho. Queremos con esta obra que sea la guinda, un regalo para todos los coruñeses cuando se quite este telón feo que tiene ahora y se vea, ya rehabilitado. El edificio lo merece y la ciudad también. Nos hubiera gustado incluir iluminación exterior para resaltar las características arquitectónicas, una vez terminada la obra, pero no está incluida en la obra actual ni lo tenemos proyectado. Esperamos que la rehabilitación esté terminada en septiembre de este año.

- El Banco de España lleva casi cien años en la ciudad herculina y muchos no han entrado nunca en él.

-Sí, es cierto, hay como un recelo a entrar... Por fuera sí es conocido pero por dentro no, ni tampoco a veces los cometidos que hacemos. Estamos haciendo desde hace tiempo un esfuerzo por dar a conocer nuestras funciones al público en general, en contacto con instituciones, centros docentes, asociaciones... Tengo idea de mejorar las instalaciones de A Coruña, aprovechar la segunda planta, ahora vacía, para hacer una sala de conferencias, exposiciones, reuniones... Pero para hacerlo habría que instalar un ascensor, para que fuese accesible a todo el mundo. Estoy estudiando su viabilidad técnica.

- El principal cliente de este banco no es el particular.

-Desde aquí organizamos la distribución de dinero, de efectivo, para toda Galicia, billete y moneda, pase o no por nuestras instalaciones, porque es la única sucursal tras el cierre del resto que había en la comunidad hace unos años. Nuestros clientes son administraciones públicas en general, entidades de crédito que deben tener aquí saldo por obligación y compañías de seguridad de transporte de fondos.

- ¿Qué gestiones se realizan aquí?

-Aquí filtramos y asesoramos muchas consultas y reclamaciones que después tramitan en Madrid. También hay un registro de entrada de correspondencia... Con particulares mantenemos cuentas directas de deuda pública, sin coste. Letras del tesoro, bonos u obligaciones del Estado se pueden contratar aquí. También testamentarías...

- ¿Aún sigue viniendo gente a cambiar pesetas, más de tres lustros después con el euro?

-Te sorprendería, creo que prácticamente a diario viene gente para cambiar pesetas, que se encuentran en casa. Hay que recordar que el 31 de diciembre de 2020 es el último día para canjear pesetas, el último plazo. Además, damos cambio de billetes grandes, de 500 euros, por ejemplo. También vienen muchos particulares a canjear billetes deteriorados y otros porque les han dado billetes falsos. Muchos vienen creyendo que si nos traen un billete falso se lo cambiamos por otro auténtico, pero no es canjeable, tiene una procedencia ilegítima y tenemos el deber de retenerlo y los ciudadanos el deber de colaborar. Un grupo de expertos colabora con otros de países de la zona euro para investigar y atajar las falsificaciones. Esta sucursal tiene un gran potencial y un buen volumen de actividad y está a pleno rendimiento, en muy buena forma.

- Usted vive en la sede del Banco de España. ¿Qué sensación da dormir con tanto dinero debajo?

-(Sonríe) Los directores somos los responsables últimos. En los Bancos de España de construcción moderna no pero en muchos otros aún se mantiene que el director viva en el edificio. Tenemos unas medidas de seguridad muy elevadas. A las cinco de la mañana puede surgir cualquier problema, y estamos muy a mano.

- Cuando tiene que dar su dirección, seguro que no le creen.

-(Sonríe de nuevo). Sí, cuando dices que vives en Durán Loriga 16... Me ha pasado cuando he dado la dirección y me han venido del Gadis, El Corte Inglés o de Seur a traerme algo...