La semana de contactos individuales del alcalde, Xulio Ferreiro, con los portavoces de la oposición para abordar los asuntos a los que el Gobierno local concede más importancia (el futuro de la fachada marítima tras la liberación de los terrenos portuarios, la constitución del área metropolitana y la movilidad en la ciudad) concluyó con la reunión con el representante del grupo socialista, José Manuel García. Este encuentro fue el primero entre sus protagonistas desde que el PSOE motivó, al rechazar junto al PP en diciembre el proyecto de presupuestos, la cuestión de confianza al regidor, y sirvió para calibrar qué temperatura puede alcanzar la relación entre los dos grupos después de que la oposición no fuese capaz de proponer un gobierno alternativo al de Marea Atlántica.

La cita deparó coincidencias "en lo sustancial" respecto a las preocupaciones principales del Ejecutivo y a la necesidad de "consenso" en la Corporación para sacarlas adelante dada la relevancia que tienen para A Coruña "en las próximas décadas", según resaltó García. "El objetivo es lograr pactos de ciudad", añadió Ferreiro, que deseó que los acuerdos por la movilidad se firmen "cuanto antes".

Pero en lo que duró la reunión también hubo momentos para las diferencias, sobre todo expuestas por el portavoz socialista. García reclamó al alcalde que introdujese en su agenda "asuntos más urgentes para la ciudad", entre los que incluyó políticas de empleo, acciones de impulso al emprendimiento, apoyo a los Museos Científicos y mejoras en los barrios.

El edil socialista también avanzó que no coincide con el diseño del presupuesto planteado por el Gobierno local, por lo que presentará alegaciones técnicas antes de que entre en vigor en abril y propondrá cambios cuando se produzca la primera modificación de las cuentas. La advertencia de García, que no se refirió a cambios concretos, no fue bien recibida por Ferreiro, que tras la reunión comentó su improcedencia: "Aún no hemos aprobado de forma definitiva el presupuesto. El PSOE tuvo oportunidad de introducir cambios cuando se debatieron hace un mes y no los apoyó. Ahora no es el momento de hablar de ello. Ya se verá en el futuro".

Si la cuestión de confianza al Ejecutivo vinculada a las cuentas y la frustrada moción de censura han de suponer un punto de inflexión en la relación de Marea con la oposición, sobre todo con el grupo con el que necesita más entendimiento para aprobar en pleno sus propuestas, Ferreiro expresó el deseo de que el trato mejore: "No hablamos de un modelo concreto de relación, sino de intentar que el punto de inflexión tras la moción de confianza lo sea para tener unas relaciones más calmadas".

García exigió al alcalde que "pase de los gestos a los hechos" y que no actúe en solitario, mientras que Ferreiro, en respuesta a las críticas de la oposición por no programar reuniones entre todos los portavoces, defendió el carácter "distendido" de las citas individuales.