Dice Luis Usón que en la Escuela de Imagen y Sonido de A Coruña fue donde aprendió "el arte de contar cinematográficamente" y a conocer "profundamente el cine", algo que le ha abierto puertas y allanado caminos en su carrera profesional. Trabaja en el mundo de la animación y uno de sus personajes, Pinkoo, toma vida más allá de los píxeles y la pantalla del ordenador, en la película de Eduardo Casanova, Pieles, que se estrenó el mes pasado en la Berlinale.

"Hace tiempo vi el corto Eat my shit, Eat my shitque es de Eduardo Casanova, yo no sabía que era suyo, pero me gustó y empecé a buscar más cosas de las que había hecho y, un día, le escribí diciéndole que me había encantado su trabajo y que creía que teníamos algunas cosas en común, un estilo parecido", comenta Luis Usón, que en unas dos semanas estrenará un nuevo cortometraje, Afterwork.

Le estaba hablando de uno de sus proyectos, del personaje Pinkoo, un osito rosa, como de chicle de fresa, que se ve envuelto en situaciones muy desagradables. "Me llamó días después muy emocionado para decirme que, justo en ese momento [hace ahora unos dos años] estaba escribiendo un guion y que uno de sus personajes era un oso rosa y que, al ver a Pinkoo, pensó que era justo lo que estaba buscando", recuerda que, para entonces, todavía la película era un proyecto a medio crear, del que ni siquiera sabía el título.

Pasado un año, el teléfono de Usón volvió a sonar, era Eduardo Casanova otra vez. Tenía buenas noticias. Pieles pasaría de las páginas del guion a la gran pantalla y quería contar con Pinkoo, si su creador quería y claro que quiso. "No pude ver la película, pero estuve en el rodaje y es impresionante ver a tu personaje ahí, como si cobrase vida, porque realmente, es una mujer disfrazada de Pinkoo", explica Usón. En Pieles la atmósfera es rosa y lila, dos colores que apasionan a su director [que interpretaba a Fidel, en la serie Aída] y los personajes son personas con deformidades que intentan encajar en un mundo que los rechaza sistemáticamente. Para Usón, el rosa en Pinkoo es una herramienta que permite disfrutar de la acción desde "un punto de vista estético", a diferencia de lo que considera que pasa en Pieles.

"Lo que le ocurre al osito son atrocidades, que su rostro no exprese emociones hace que esa violencia se relativice, que lo podamos ver desde el punto de vista estético. Sin haber visto la película completa, Pieles habla de la esencia de las personas. Es cierto que comparten muchas cosas, pero Pinkoo no tiene ninguna reflexión o, por lo menos, yo no pretendo que la tenga. Es pura estética, en Pieles, sin embargo, el rosa lo subraya todo, el contraste hace que los universos que describe sean más desconcertantes y más terroríficos", describe Usón, que trabaja en la industria de los dibujos animados y que reivindica su paso tanto por la escuela de Imagen y Sonido como por la Universidade da Coruña, para hacer un máster en Animación.

"En este mundo profesional hay muy buenos animadores, artistas visuales o diseñadores de personajes, pero suele faltar cierta formación en lenguaje cinematográfico, que es lo que yo aprendí en Someso", comenta Usón que, actualmente, reside en Dublín y trabaja en un mediometraje de animación. De hecho, su trabajo principal es como "cámara digital", quizá la parte más vinculada a las tripas del séptimo arte de la industria de la animación.