El constructor de Cedeira acusado de asesinar a su vecino atropellándolo en agosto de 2012 alegó ayer durante el juicio que fue un accidente. El procesado, que tenía 67 años, sostuvo que la víctima, que tenía 76 años, se le cruzó en la carretera y que no pudo hacer nada por evitar arrollarla. "Vi a una persona, di un frenazo y pegué un volantazo; pero se me echó encima", testificó. Hasta que vio el cadáver, según su versión, no se percató de que era el vecino con el que tenía una enemistad desde hacía años debido a las alrededor de 80 demandas que había interpuesto contra él por asuntos relacionados con las obras que ejecutaba su empresa. El hombre relató que cuando se dio cuenta de "a quién había atropellado" perdió el conocimiento y entró en " shock".

La Fiscalía y la acusación particular, que reclaman una condena de 21 y 24 años, respectivamente, sostienen que el imputado vio a la víctima, a la que "odiaba", por lo que decidió seguir su trayectoria hasta que se le presentó la oportunidad de atropellarla. "En ese instante, el acusado, comprobando que la víctima, aunque orillada a su derecha, caminaba por la calzada en el mismo sentido de su marcha, decidió aprovechar la circunstancia para vengarse de ella por todas sus denuncias y demandas", mantiene el fiscal, quien recalca que el atropello fue "por la espalda" y que el fallecido careció de la mínima posibilidad de defensa.

El imputado, que permaneció dos años en prisión provisional, subrayó que su vecino estaba "obsesionado con él" y "algo pasado", al tiempo que aseveró que no le tenía odio, pero sí "miedo" porque temía que le causase "problemas", ya que "era una persona que no estaba al cien por cien". El sospechoso insistió en las relaciones que su vecino tenía con profesionales de la Justicia y en que lo amenazaba continuamente. "Él me repitió muchas veces que su hija era jueza y que tenía un yerno fiscal", afirmó, al tiempo que recalcó que el informe sobre los hechos elaborado por la Guardia Civil es "falso, engañoso y hecho a la carta" para que le atribuyesen un delito de asesinato. "Si el accidente fuese al revés, él no estaba en la cárcel y yo me tiré allí dos años", señaló.

El yerno del fallecido, que es fiscal en Barcelona, relató pormenorizadamente que le extrañó la posición en la que se encontraba el cadáver de su suegro cuando llegó a la escena del accidente y que la Policía Local no recogía la información necesaria para dar parte al juez instructor. Por este motivo, explicó que llamaron al Juzgado de Ortigueira para que se personase en el lugar de los hechos la Guardia Civil y diese cuenta de la escena y la información que aportaba sobre el supuesto crimen.

Dos de los trabajadores que aquella mañana se encontraban en la zona para mover una estatua testificaron que el acusado, que entonces era su jefe, estaba pendiente de un camión que debía realizar el traslado del monumento. Los obreros afirmaron que la zona donde se produjo el atropello, que sucedió sobre las diez de la mañana, está "muy transitada". Un trabajador de un polideportivo y un voluntario de la Cruz Roja, que fueron los primeros en acudir al lugar de los hechos, testificaron que el p se encontraba en "claro estado de nerviosismo" y que estaba "ido totalmente", así como que visualizaron el volantazo instintivo que realizó para "intentar esquivar" algo que no se esperaba hacia la izquierda.