Las sensaciones que deja el invierno que ayer dio paso a la primavera invierno se recogen en unos registros meteorológicos, los de MeteoGalicia, que revelan un acusado descenso de las lluvias en la ciudad respecto a la temporada invernal del año pasado. La estación de Bens registró 47 días con precipitaciones entre el 21 de diciembre de 2016 y el 21 de marzo de 2017, que dejaron un total de 231,8 litros de agua por metro cuadrado, casi la tercera parte de lo que las nubes descargaron en el mismo periodo de hace un año, 640,6 litros por metro cuadrado en casi el doble de días lluviosos, 80.

Los termómetros no experimentaron un contraste tan drástico entre un año y otro; los valores fueron parecidos, con temperaturas medias algo más bajas en diciembre (12,1 grados) y enero (9,49) - con una mínima de 1,7 grados centígrados el día pasado 20 de enero -, y algo más altas en febrero (10,74 grados) y marzo (12,09), con los 26,4 de máxima el 10 de marzo.

Fue un invierno seco el que se ha marchado, con paraguas y chubasqueros guardados en los armarios. Los niveles de lluvia fueron muy bajos en los dos primeros meses, con apenas 21 y 40 litros por metro cuadrado, respectivamente, lejos de los 49 y los 240 de los mismos meses el año anterior. Los aguaceros fueron más habituales en febrero, en más de la mitad de sus 28 días (16) y con 125,7 litros por metro cuadrado registrados (también por debajo de los niveles de hace un año, 176,6), mientras que en marzo las precipitaciones fueron tan ligeras en 10 días que solo dejaron 45,5 litros.

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Los 26,4 grados de máxima temperatura a los que se llegó a las tres de la tarde el 10 de marzo y que animaron a los coruñeses a lucir camisetas y a acercarse a algunas playas marcaron un registro muy próximo al récord histórico récord históricodesde que existen datos. Las mediciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) incluso elevaron la máxima a los 27,3 grados, la segunda más alta en el mismo mes, solo por debajo de los 28,2 grados al que llegaron los termómetros en marzo del año 1965 en la ciudad. El mes de febrero también dejó una temperatura máxima de 19,69 grados y el de diciembre, de 19,59, niveles parejos a los del año anterior.

Aunque la estación invernal dejó en A Coruña la sensación de que fue inusualmente caluroso -y estadísticamente menos lluvioso-, el frío llegó a registros más bajos que en 2016 y obligó a echar mano de gorros y bufandas. Los 1,7 grados de mínima tan poco habituales en la ciudad se sintieron a mediados de enero, frente a los 3,17 de nivel más bajo el año pasado el mismo mes. Las mínimas de febrero y marzo rozaron los 6 grados, mientras que en el invierno anterior rondaron los 5 en ambos meses.

Al invierno de 2017 le sucede ahora una primavera para la que los profesionales de Aemet auguran tres meses con temperaturas medias que podrían superar a las normales en esta época del año y las precipitaciones habituales entre marzo y junio.