"Las limitaciones siempre son buenas, ya que obligan a tener más imaginación y a hacer una arquitectura más sincera", afirma el arquitecto Emilio Rodríguez Blanco sobre el escaso presupuesto con el que, junto con José Luis Martínez Raído, diseñó el edificio que acoge la sede de la asociación Down Coruña y el centro vecinal de Pedralonga, con el que han ganado uno de los premios concedidos por el Colegio de Arquitectos de Galicia en la modalidad de equipamiento. "A veces esas limitaciones pueden hacer que seas más estricto en las decisiones o que te esfuerces mucho en conseguir la máxima eficiencia", comenta Martínez sobre esta actuación, en la que destaca el aprovechamiento al máximo del espacio disponible y los efectos creados con la luz en el exterior y el interior del edificio.

El proyecto se desarrolló a partir del antiguo colegio de Primaria de Pedralonga, al que se añadieron nuevos volúmenes. Para Martínez, el edificio previo "fue una gran oportunidad más que una dificultad, porque la parte vieja del se relaciona con la nueva con una rampa que es una de las partes más expresivas del edificio". Esta rampa es además es una exigencia de Down Coruña, cuyos escasos recursos le hicieron renunciar a un ascensor que tendría que mantener. Gracias a esa rampa, los dos volúmenes del centro se unen de un modo natural, ya que la antigua escuela está elevada más de un metro sobre el terreno.

Otra característica del edificio es su intención futura de que desaparezca la valla que rodeaba el colegio y que no se demolió por falta de presupuesto, para lo que el complejo forma una U que circunda el patio interior. Ambos arquitectos apostaron además por ampliar el espacio disponible en la calle por la que se accede al inmueble para hacerla más ancha, ya que antes tenía solo tres metros.

Sobre el uso de la luz, Martínez detalla que en la zona nueva se efectúa un "despliegue importante" para buscarla, mientras que en la entrada se pretende que el edificio "vuele mediante la entrada de la luz por arriba y por abajo". Rodríguez señala que el objetivo era "que siempre haya espacios a dos luces y para eso están los lucernarios, que son la imagen expresiva del edificio, así como las miradas cruzadas, que están muy buscadas".

La parte posterior mira hacia la ría de O Burgo y dispone de una espléndida vista de Santa Cristina, aunque el entorno no está urbanizado. La zona forma parte de un sector de planeamiento sin desarrollar en el que Rodríguez considera que "lo ideal sería que hubiera una zona verde", ya que el edificio está proyectado con ese fin, de forma que la fachada hacia la ría "se vuelca hacia ella y en ella se levanta un lucernario que busca las vistas". Martínez recuerda además el debate sobre la preservación del paisaje en As Xubias porque se trata de un área "muy sensible" y defiende que se conserven las vistas desde Pedralonga sobre Santa Cristina.

Los autores del proyecto destacan como muy positivo que el edificio acoja también actividades de los vecinos de Pedralonga, a lo que contribuye la versatilidad que permite el interior, en el que la mayor parte del espacio es diáfano. "Los acabados son mínimos porque es más económico, los revestimientos en vez de ir forrados de madera tienen unas texturas más básicas, por lo que es todo como más honesto, ya que el dinero que había se invirtió todo en tener buenos espacios", explica Martínez Raído sobre el diseño interior.

La superficie ocupada por la antigua escuela acoge ahora las aulas para las actividades de Down Coruña, mientras que en el nuevo edificio hay un gran salón de usos múltiples que se comparte con los vecinos, además de dos pequeños espacios para despachos y actividades. "Hay un lujo espacial que no se corresponde con el dinero disponible, lo cual demuestra que el dinero no es un problema para la arquitectura", señala Rodríguez, quien considera que el edificio "ha costado poquísimo, 800 euros el metro cuadrado, que es un precio de nave industrial, por lo que yo digo que hemos hecho un galpón elegante".

Ambos arquitectos califican de "admirable" el esfuerzo hecho por Down Coruña para disponer de este centro, incluso a pesar de que hubo un cambio de gobierno en el Concello, que costeó su construcción. En cuanto al premio del Colegio de Arquitectos, lo agradecen como un reconocimiento de sus compañeros, en especial porque se trata de "especialistas que aprecian que hubo aciertos", según Martínez.