Dos directivos, en 2007, de la oficina del Banco Pastor situada en el Cantón Pequeño se sentaron ayer en el banquillo de los acusados junto con un empresario cliente de la entidad. Los tres se enfrentan a tres años de cárcel por un delito de apropiación indebida de 102 millones pertenecientes al dueño se Hierros Añón.

El constructor imputado negó ayer en la primera sesión del juicio ser autor de una apropiación indebida o de una estafa, como pide alternativamente la acusación particular. Así, admitió que conoció en las oficinas del Banco Pastor al empresario de Hierros Añón, pero subrayó que no le pidió "nada" ni los directivos intermediaron. El procesado insistió en que acordaron ir "al 50% en los terrenos" que pretendían adquirir en municipios de Madrid. "El préstamo participativo fue cosa de ellos", señaló en referencia a Hierros Añón, al tiempo que rechazó que desde la entidad hubiesen aconsejado la fórmula de participación en el negocio.

El imputado argumentó que el Banco Pastor no aconsejó efectuar la operación y que el único acuerdo alcanzado era sobre el reparto de beneficios de la venta de los terrenos para construir un polígono industrial, o la penalización si él no cumplía.

La Fiscalía sostiene que los entonces empleados de la entidad incitaron al propietario de Hierros Añón entrar en el mercado inmobiliario y hacerlo a través del constructor imputado, que tenía varias empresas, entre ellas una inmobiliaria y Conservera Celta. Sin embargo, señala que no se le comunicó a la víctima que el promotor atravesaba "una delicada situación económica". Hierros Añón realizó una inversión inicial de 63 millones de euros para la compra de unos terrenos en municipios de Madrid, a través de un préstamo participativo, a lo que sumó, con posterioridad, otra aportación de 39 millones de euros.

El denunciante, según la fiscal, depositó en 2007 en la cuenta que tenía abierta en la oficina 80 millones procedentes de la venta de una empresa. El director de la oficina, como era habitual, lo atendió personalmente. Dos meses después, el responsable de la sucursal le aconsejó que buscase una inversión más allá de los intereses que le generaba el depósito del dinero.