La resolución dictada esta semana por la Consellería de Medio Ambiente que obliga a efectuar importantes cambios en el Plan Especial de Labañou supone un nuevo inconveniente para el proyecto urbanístico conocido como As Percebeiras, cuya gestación se inició a principios de este siglo. Desde entonces, los promotores de la iniciativa han visto frustrados sus intentos de acometerla con los diferentes diseños presentados a lo largo del tiempo.

Fue en el año 2002 cuando los propietarios del suelo en este polígono, que abarca 44.000 metros cuadrados, presentaron el primer proyecto al Concello, en aquel momento gobernado por el PSOE. Pese a la mayoría absoluta de que gozaba, la fuerte reacción ciudadana al plan para levantar al borde del mar dos rascacielos de 47 y 35 plantas, así como tres edificios más de 10 pisos, hizo que el Gobierno local decidiera paralizarlo.

Cuando el Partido Popular llegó a la Alcaldía, optó por modificar la ordenación de los terrenos y autorizó en el nuevo plan general una mayor edificabilidad, de 60.000 metros cuadrados, a cambio de limitar la altura de los edificios a ocho plantas. Con estas premisas, los actuales propietarios del suelo, ya que algunos de ellos tuvieron deshacerse de sus parcelas durante la crisis inmobiliaria, elaboraron un nuevo plan que presentaron al Concello y la Xunta a finales del año pasado.

El Gobierno local expresó su rechazo a la propuesta al entender que los tres edificios de 16 plantas y los otros tres de 13, 11 y 9 pisos que incluye sobrepasan lo dispuesto en el plan general, donde solo se autoriza la superación de las 8 plantas de forma ocasional y si se justifica adecuadamente. El autor del diseño del polígono había apostado por esta solución para permitir las vistas del mar y la Torre de Hércules, para lo que planteó edificios "esbeltos" que evitarán crear una pantalla en la línea de costa.

La Consellería de Medio Ambiente efectúa ahora el mismo análisis del proyecto que el Concello y exige su modificación, al tiempo que advierte que una menor altura de las torres puede implicar la mayor ocupación de suelo y la pérdida de espacios libres. También reclama este departamento que los promotores justifiquen con datos demográficos y económicos la necesidad de nuevas viviendas, ya que el proyecto prevé la construcción de 403. Medio Ambiente exige además un estudio del paisaje que incluya el tipo de edificios y los materiales que se empleen en ellos, así como las zonas verdes, el mobiliario urbano, la iluminación, el tráfico y el aparcamiento, ya que el polígono está afectado por la Lei de Ordenación do Litoral.

Otra exigencia de la Xunta son medidas preventivas y correctoras del posible incremento de la emisión de gases a la atmósfera por el aumento del tráfico, un sistema de alumbrado público eficiente, además de un análisis de las necesidades de desplazamiento existentes. El Gobierno gallego rechaza además la pretensión de los promotores de que la Evaluación Ambiental Estratégica a la que debe someterse el proyecto sea simplificada y dictamina que sea la ordinaria.