Los trabajos de limpieza en el asentamiento chabolista de A Pasaxe empezaron ayer y, en esta primera fase se extenderán al menos hasta fin de mes y prevén retirar de las inmediaciones del poblado 1.700 toneladas de residuos. Durante el día de ayer, una pala se afanó en meter en un contenedor de escombro de obra, neumáticos, restos de muebles, maderas, cristales, restos de construcción y electrodomésticos amontonados en una de las parcelas valladas que está frente a la ría y que, en este particular ecosistema, funciona como un vertedero. Es, según explica la concejal de Medio Ambiente, María García, un proceso más del programa de acceso a la vivienda digna, que va avanzando "de forma discreta y continuada" vivienda digna,y que tiene como objetivo que las familias que residen en estas infraviviendas se trasladen a residencias normalizadas. Durante estos días de trabajo caerán también las paredes de las chabolas que han servido de casa a varias familias durante años y que, ahora, están ya deshabitadas.

El Concello explica que estos trabajos se realizan también para mejorar las condiciones de vida de los chabolistas mientras siguen en el asentamiento, ya que el proceso de desalojo es "lento". La concejal de Medio Ambiente recuerda que es un proceso complejo debido a la "multiplicidad de actores y a las variables que intervienen en él". Con estas labores de limpieza, el Concello incide también en que pretende minimizar los líquidos residuales que proceden de esta parcela y que acaban en la ría de O Burgo.

Primero, desde el otro lado de la valla, después, ayudando a cargar a los operarios los neumáticos en la pala, Gonzalo Romero, que lleva más de veinte años viviendo en el asentamiento de A Pasaxe, asegura que los vecinos están "contentos" con la limpieza de la parcela, aunque ellos hubieran invertido el orden de las acciones si estuviesen al mando. "Yo creo que debían echarnos primero de aquí a todos y, después, limpiar la finca", explica y asegura que algunas familias ya han recibido ayuda para dejar sus chabolas y para empezar a vivir en pisos. "No hace falta ser millonario para ser curioso", resume Gonzalo Romero, que confía en que la parcela no se vuelva a convertir en un vertedero cuando las máquinas se hayan ido y todo vuelva a ser como siempre, porque la posibilidad de marcharse no todos la ven igual de clara y de próxima. "Yo tengo dos remolques y una furgoneta porque soy feriante en verano y un camión para la madera, que ando a los palés en invierno", explica este padre de tres hijos pequeños, que todavía no sabe qué hará con sus vehículos si, finalmente, se va a un piso con su familia y que, si estuviese en su mano, haría casitas bajas para los residentes en A Pasaxe.

Como tantos otros defiende que la vida en un asentamiento no es adecuada para los niños, con el frío que se le mete hasta los huesos en invierno, los restos de la chatarra a la puerta de casa y todo lo que no tiene valor amontonado en una parcela que nadie se preocupa de limpiar a diario.

Los trabajos de saneamiento tienen un presupuesto de 66.000 euros y derivan de un convenio firmado con la Diputación para la recogida, el transporte y tratamiento de los residuos. No es la primera vez que el Ayuntamiento realiza labores de limpieza en los poblados chabolistas; en el verano de 2015 se ejecutaron trabajos similares en As Rañas y O Campanario. El plan para la erradicación del chabolismo tiene registrados en A Pasaxe cuarenta centros de convivencia con 120 adultos y 38 menores de edad.

El Concello les prestará ayuda para pagar un alquiler social durante cinco años, aunque los beneficiarios tendrán que hacer frente a gastos como a una parte de la renta y a los recibos.