La realización, en el centro cívico de la Cidade Vella, de un taller de radio en el que han participado un buen número de asociados -la mayoría mujeres- me ha permitido el reencuentro con una radio que echaba de menos porque ya no se realiza en ninguna estación radiofónica de este país.

Dirigido por dos jóvenes periodistas que pasaron por los estudios de Radio Exterior de España al término de su carrera, el taller ha despertado en el grupo de veteranos el afán de hablar de su experiencia. Han podido sentir, vivir la radio en directo. Y con los cursillistas uno ha podido sentir de nuevo idéntica ilusión porque la experiencia de los que tenemos años acumulados y guardados en la mochila de la vida no significa, ni mucho menos, dejación u olvido: allí, en el centro cívico, se puso en marcha el martes por la tarde un programa de radio que recuperó la esencia de la verdadera radio, la que dice, transmite sentimientos, da valor a la palabra aunque esta esté preñada de nostalgia. Una radio que podría competir con la mejor radio que en los años 60 servía de ejemplo a España entera y que se elaboraba en A Coruña por mujeres y hombres que dieron fama, forma y sentido a programas que trascendieron el hecho local para situarse entre lo más granado de la radiodifusión española.

De Enrique Mariñas a Baladrón Cánovas, pasando por Ananda Español, Enriqueta Brandón, Emilio Díaz, Marina de la Peña, Pilar Cañás, Carmen Deus, Santiago Vilariño, José María Comesaña, Carlos Cortón, Pablo Campos Manrubia y su hija Maricarmen Campos, Carlos Julio Beceiro, Juan Guillín, Manuel Hernández, José Antonio Martínez Arias, Maruchi Guzmán, José Luis de Tena y un largo etc., lo mejor de la radio española se forjó en esta ciudad que, con ese taller de radio, ha reverdecido laureles al convertir a veteranos oyentes en protagonistas de una radio que ya no se hace (desgraciadamente).

Asistí embelesado a un programa cara al público en el que también estuvo la concejala de Xustiza Social y con el que la Diputación se ha volcado totalmente. Es una radio sencilla, pero humana, muy humana. Viva, sentida y con sentido, que debiera estar en el aire como un programa estrella de la radiodifusión gallega y no exclusivamente dirigido a una audiencia de viejos, sino a una generalista que permita a las nuevas generaciones disfrutar de una radio que, desgraciadamente, ya no se hace, Radio Experiencia. Sí señor. Radio coruñesa desde la parte más antigua de la Ciudad.