La Bienal de Teatro de la ONCE llenó el teatro Rosalía durante sus cuatro funciones. Casi 2.000 espectadores disfrutaron de este ciclo artístico, en el que los protagonistas son actores con discapacidad visual. La última función, que despidió de la ciudad la Bienal ayer, fue Black-Vivir en negro, de la compañía Orozú, de Cádiz.