El instituto benéfico Padre Rubinos acogió en su albergue nocturno a un total de 16.121 personas en 2016, lo que representa una media diaria de 44 transeúntes. Un 40% de los usuarios fueron personas en situación de exclusión residencial y con otras problemáticas asociadas, principalmente adicciones o problemas de salud mental; un 45% personas en situación de exclusión residencial sin otra problemática asociada y un 15% personas con alojamiento más o menos estable que hacen uso del albergue por escasez de medios económicos.

En total, el instituto registró el pasado año unos ingresos de 5,95 millones de euros, de los cuales 2,51 procedió de las cuotas que abonan los usuarios, 98.508 euros de las cuotas de socios y 623.052 euros en subvenciones. Los gastos fueron de 5,93 millones de euros, lo que derivó en unos beneficios de 13.607 euros. De ellos, 2,43 millones fueron a pagar gastos de personal y 1,87 millones a cubrir amortizaciones.

Al finalizar el año la entidad benéfica había ofrecido un total de 166.738 servicios a todas las personas que accedieron a alguno de los recursos. El comedor social, uno de los más demandados de la institución, registró 104.887 comidas; el ropero y duchas 12.780 servicios y la peluquería 362. La enfermería, por ejemplo, realizó un total de 65 atenciones y los servicios de atención jurídica atendieron a 22 casos, casi el doble que los abordados por el servicio de atención psicológica del centro.

A lo largo de 2016, 26 usuarios participaron en el programa de inserción de Padre Rubinos, de los cuales ocho están ya trabajando; cuatro permanecen dentro del programa peor con trabajos puntuales insuficientes para mantenerse de forma autónoma; ocho salieron a vivienda independiente con medios propios, a través de las distintas prestaciones; tres cesaron en el programa antes de finalizar el periodo de prueba; dos finalizaron el itinerario de inserción antes de acabarlo por decisión propia; y una accedió en diciembre, por lo que está iniciando la andadura en el programa.